Líderes en el trastero
Cuesta mucho crear un líder como para tirarlo a la basura. Los expertos en campañas electorales saben muy bien lo difícil que resulta llevar un rostro a esas papeletas llenas de nombres. Sin embargo, la manía de Saturno de comerse a sus propios hijos no ha pasado de moda desde los tiempos de Goya, y ha llegado a nuestros días para militar en Izquierda Unida. Ya en la precampaña de 1993, la coalición dejó en el trastero a algunos de sus más carismáticos personajes, como Cristina Almeida o Nicolás Sartorius. Querellas internas, infidelidades políticas o algunas mezquindades dan con frecuencia estos resultados.Isabel Vilallonga acaba de renunciar. Se viene abajo su sueño de compartir el cartel con Cristina Almeida -una para la Asamblea, otra para la alcaldía- y formar un dúo de mujeres al frente de IU el próximo mayo.
En las pasadas elecciones europeas IU sumó 500.000 votantes; quizás el tándem de las dos extremeñas fuera una buena ayuda para superar esa cifra. Pero, frente a tantos miles de madrileños, tienen mayor peso los 7.400 militantes de Madrid, los cuatro centenares que participan en las agrupaciones, los cuarenta que forman el comité regional. Isabel Vilallonga propuso el pasado 13 de abril, en el club Siglo XXI, que su coalición experimentase en Madrid un nuevo sistema para. elaborar las listas, basado en las sugerencias de los movimientos vecinales, las asociaciones de consumidores, los ecologistas... para convocar unas primarias en las agrupaciones y distritos. Tan democrática era esta posibilidad como las decisiones que han arrinconado a Isabel Vilallonga. Pero aquel camino pretendía acercarse a la sociedad, porque a veces los partidos parecen empeñados en darle la espalda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.