Cazas prorrusos destruyen diez aviones de los secesionistas de Chechenia

Aviones de las fuerzas prorrusas que combaten contra el régimen secesionista de Chechenia bombardearon ayer un aeropuerto militar próximo a Grozni, la capital, y destruyeron al menos diez aviones. Dzojar Dudáiev, el presidente separatista, que habló de 16 aviones atacantes, pidió la evacuación de la mujeres y los niños de la ciudad "en vista de la situación".Grozni, la capital de la república norcaucásica, vivió en tensa espera la expiración, a las cuatro de la mañana de hoy, del plazo dictado por el presidente Borís Yeltsin para que concluya toda actividad bélica en la república. Sin embargo, a últimas horas de la tarde Moscú lanzó algunas señales de paz. Yeltsin nombró al ministro de Nacionalidades, Nikolai Yegerov, como enviado especial para la crisis chechena, al tiempo que una delegación de parlamentarios rusos viajaba a Grozni y el primer ministro, Víktor Chernomirdin, declaraba que el Gobierno central está dispuesto a negociar una salida pacífica para evitar un derramamiento de sangre.

El ministro de Exteriores checheno, Shamsedín Yusef, advirtió al Kremlin que si las tropas rusas entran en la república -cosa con que amenazó indirectamente Yeltsin al asegurar que impondrá el estado de excepción si no se cumplen sus exigencias y que utilizará "todos los medios de los que dispone el Estado" para restablecer el orden constitucional- tendrán un nuevo Afganistán.

Un diario moscovita informó ayer que la guardia personal de Yeltsin ha sido reforzada ya que los órganos de seguridad temen que terroristas chechenos puedan atacar con lanzagranadas el coche del presidente.

La situación en Chechenia se agravó cuando las fuerzas anti Dudáiev, apoyadas por el Kremlin, se lanzaron el fin de semana pasado, con tanques y helicópteros, al asalto de Grozni. Dudáiev demostró que no había recibido su grado de general en vano y dejó que los bindados entraran y llegaran a la plaza frente al palacio presidencial. Allí fueron destruidos por su hombres, que esperaban escondidos en las calles adyacentes.