Escenario de ensueño para 16.000 atletas en la popular de Canillejas
La multitudinaria y popular carrera de Canillejas, Trofeo José Cano, que se celebra desde hace 15 años, acabó por primera vez en un escenario de ensueño, el nuevo estadio de la Comunidad, conocido como la Peineta. Un total de 16.000 atletas vivió la emoción de franquear la entrada a unas instalaciones olímpicas.Pero la carrera también terminó en bronca, debido a fallos de la organización: durante diez minutos, los atletas, exhaustos después de correr 12,5 kilómetros, no encontraron agua para recuperarse del esfuerzo. Los participantes, enojados, comenzaron a quejarse a los organizadores. "¡Es una vergüenza que no tengamos agua, queremos agua!", gritaron algunos corredores.
Esta protesta deslució el final de la edición más espectacular de los 15 años de edad del Trofeo José Cano. Primero se batió el récord de participación, y, segundo, los corredores vibraron con el sprint final en la Peineta.
Según los organizadores, 70.000 personas animaron a los atletas a lo largo del sinuoso y duro trazado. Esta prueba la promueve la organización José Cano, nombre de un deportista del distrito, con la colaboración del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
Un año más, los protagonistas de la carrera fueron los atletas africanos. En esta ocasión, un espigado tanzano, Andrew Sanison, fue el más veloz y rompió la hegemonía de los kenianos en las últimas ediciones.
Pablo Sierra, un madrileño de 25 años, se convirtió en el primer español (5º). La primera mujer fue María José Estévez.
Esta carrera es una de las pocas que permite al corredor aficionado mezclarse con los grandes profesionales del medio fondo.
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8.000 espectadores aplaudieron el final de carrera
VIENE DE LA PÁGINA 1El atleta madrileño Pablo Sierra, con su nada desdeñable quinto puesto de ayer aspira a ganar algún día en Canillejas, tal y como ha hecho en el maratón de Minneápolis el pasado octubre. Tradicionalmente, los corredores pata negra (así se les denomina a los africanos entre los deportistas) ostentan la supremacía en Canillejas. "Con este público y este escenario, sería bonito que venciese un español", recalcaba ayer Sierra.
Todos los corredores quedaron maravillados por el final de la carrera en el estadio de Canillejas, animada por los aplausos de 8.000 espectadores que llenaban la grada inferior. "Es fascinante, y más bonito de lo que me esperaba", manifestó Amelia, una atleta de Parla. Para Eugenio, un niño de 12 años participante en las pruebas más tempranas, la entrada en La Peineta fue conmovedora. "Estoy muy contento por haber pisado el estadio". A su lado, su padre, con la cámara fotográfica en la mano, decía: "El chaval está impresionado, pero yo también porque esto es una fiesta para el atletismo".
Los promotores de la prueba restaron ayer importancia a la "pequeña protesta de algunos corredores". A través de la megafonía oficial el portavoz de la prueba, José Navas, intentaba tranquilizar los exaltados ánimos de algunos participantes. "Hago una llamada al espíritu deportivo, tranquilidad atletas", repetía el animador mientras gritaba: "Hay que aplaudir a los corredores".
Los participantes, sin embargo, no entendían cómo José Cano, organizador de la prueba, había dejado a algunos atletas sin agua. "No comprendo cómo no se aplica la máxima más vale que sobre que no que falte", decía Andrés, un corredor veterano de 58 años.
Otro de los corredores explicaba que el agua es el elemento fundamental para una prueba, y más "si no se han dispuesto avituallamientos en el trazado". Nadie de la organización explicó por qué faltó de agua.
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