Moncloa, el 'cerebro' del sistema

El búnker de Moncloa, objeto de polémica por las acusaciones de supuesto favoritismo a la firma CAE, que adquirió Talleres Palomino, en la que era directivo el cuñado de Felipe González, Francisco Palomino, es el cerebro del sistema de defensa español C3I (Mando, Control, Coordinación e Intefigencia). Dicho búnker es la sede del Centro Nacional de Situación, un puesto de mando político para la resolución de crisis, catástrofes naturales o conflictos bélicos, conectado con los gobiernos aliados.En un peldaño inferior se sitúan el Centro de Conducción de Operaciones de la Defensa (CECOD), en el Ministerio de Defensa, y el Centro de Conducción de Operaciones Estratégicas (CECOE), en el Estado Mayor de la Defensa, de carácter político-militar y militar, respectivamente. Ninguno de ellos está bunkerizado.

El cerebro no puede recibir información, ni impartir órdenes sin una red de comunicaciones que garantice la inmediatez, fiabilidad y confidencialidad de los mensajes entre los organismo implicados. Su creación es el objetivo del programa SCTM (Sistema Conjunto de Telecomunicaciones Militares), con un coste de 50.000 millones.

El SCTM utiliza distintos canales como fibra óptica, radioenlaces o satélite. El programa Secomsat, de utilización del satélite de comunicaciones Hispasat, es una parte de aquel. Con un coste de 4.500 millones, sólo se ha realizado su fase inicial, en la que se gastaron 1.800 millones para asegurar la comunicación con los cascos azules. Cuando concluya, el Hispasat dispondrá de un centro de control, en la estación de Bermeja, y terminales fijos en Torrejón y Canarias, además de terminales embarcadas, tácticas, ligeras y portátiles.

Si los centros de mando son el cerebro y el SCTM su sistema nervioso, los ojos son el satélite de observación militar Helios, que se lanzará en febrero y ha costado a España 14.500 millones. Las imágenes captadas por el Helios se recibirán en Maspalomas (Gran Canaria) y serán remitidas a Torrejón, para que su interpretación.

Finalmente, el oído de la Defensa es el sistema Santiago, cuya misión consiste en captar información sobre emisiones electromagnéticas, de radio o radar, que serían perturbadas en caso de conflicto. En equipar un Boeing 707 para guerra electrónica se han gastado 10.000 millones.