Historia y jardines de aclimatación
Durante el siglo XVIII, en varias naciones europeas se crearon jardines de aclimatación. Radicados en localidades próximas a la costa, recibían todo tipo de plantas por vía marítima. Cuando su supervivencia estaba ya asegurada, eran enviados al Jardín Botánico de la capital.En Francia, por ejemplo, el año 1726 y por orden de Luis XV fue encomendada dicha función al Jardín de Plantas de Nantes. Allí facilitan actualmente a los visitantes un folleto (incluso en castellano) donde se proporcionan abundantes datos sobre el mismo.
Por lo que respecta a España, el año 1788 se creó el Jardín de Aclimatación de La Orotava, en unos terrenos cedidos por el marqués de Villanueva del Prado, un ilustrado que fue también su primer director.
El jardín, que en la actualidad tiene prevista su ampliación, es una pequeña joya. No obstante, quien desee información sobre, el mismo quedará decepcionado, ya que en las instalaciones no hay material impreso alguno a disposición del público.'
En nuestro país parece darse una curiosa deformación de la historia, que lleva a recordar más los aspectos oscuros de la misma. Uno de los actuales billetes de 2.000 pesetas puede servir para mostrar esto; poca gente sabrá quién es la persona a la que está dedicado, José Celestino Mutis (1723-1808), el más destacado botánico español de su época, pero ¿quién no conoce al que lo firma en calidad de gobernador del Banco de España, Mariano Rubio?
Felizmente, el problema de la información sobre el Jardín de Aclimatación tiene una solución fácil: basta una simple fotocopia que incluya el plano del mismo, una breve reseña histórica y datos sobre los árboles más notables.- Andoni Esparza Leibar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.