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Pujol atribuye el acoso a CDC a su apoyo al gobierno, pero rechaza un cambio de política

Jordi Pujol advirtió ayer que el apoyo de CiU a la gobernabilidad podría romperse si se hace evidente que "algunos de los ataques" a su partido proceden de "aquellos que nos deberían dar apoyo" en alusión a los socialistas catalanes. Pujol se siente acosado, y atribuye los problemas de su partido, principalmente, a los enemigos de su colaboración con el Gobierno socialista: Partido Popular e Izquierda Unida. Una colaboración que, en principio, no desea romper mientras el Gabinete de Felipe González cumpla lo pactado. Ése fue el mensaje quePujol lanzó ayer, en un discurso tenso y de fuerte carga emocional, en la conmemoración del 20o aniversario de su partido, en Montserrat. Sobre la fiesta nacionalista planeó la dimisión de Josep Maria Cullel, consejero de Política Territorial, involucrado en un presunto caso de tráfico de influencias.

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Pujol dijo textualmente: "Quizá sí debería romperse la gobernabilidad, no por esto [los ataques del PP y de IU], sino por el n cumplimiento de lo que se ha de cumplir, o porque sea demasiado evidente, y no podamos final mente, ni tan siquiera, hacer como si no lo vemos, que algunos ataques de parte de quienes nos deberían dar apoyo. Este juego sucio también podría romperla, pero no la romperán esos otros ataques, porque la gobernabilidad es buena para el país". Tanto Roca como Pujol se mostraron convencidos de que si mañana dejaran de apoyar a González, el acoso del que se sienten víctimas y que atribuyen a los intereses desestabilizadores de PP e IU acabarían inmediatamente.Consciente de la expectativa que había generado el acto festivo de ayer, 48 horas después de la dimisión de Cullell y tras el desgaste provocado por los casos De la Rosa y Planasdemunt, Pujol se empleó a fondo para levantar la moral de la militancia. Y lo hizo con una defensa vehemente del partido, al que presentó como "motor y barricada" de Cataluña, ahora atacado por los enemigos "externos y algunos interno?.

El mitin no fue tan multitudinario como los organizadores esperaban. A primeras horas de la mañana, los convergentes estimaban que llegarían a Monterrat "por encima de 15.000 militantes y simpatizantes", pero a la hora de la verdad, fueron bastantes menos. Unos 7.000 (13.000 según la organización) asistieron al mitin.

Ánimo a los militantes

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El presidente de Convergencia y de la Generalitat centró sus esfuerzos dialécticos en reforzar la cohesión interna y levantar los ánimos de la militancia, afectados por los escándalos que han salpicado al Gobierno de la Generalitat. Hubo muy poca autocrítica, si acaso un llamamiento de Pujol a ser humildes y a reconocer que el partido no ha alcanzado todos sus objetivos.

Pujol se comprometió a acometer una renovación y un rejuvenecimiento de los cuadros dirigentes del partido. De sus palabras puede deducirse que el nuevo consejero de Política Territorial, que posiblemente se conozca hoy o a más tardar el miércoles, formará parte de esa segunda generación de militantes nacionalistas. CDC tiene ante sí dos años decisivos, en los que se producirán cambios significativos en su cúpula dirigente y que, como lógica consecuencia, afectarán asimismo a los grupos parlamentarios y al propio Gobierno catalán.

Las elecciones municipales de 1995, las autonómicas de 1996 y el congreso del partido que se celebrará inmediatamente después serán hitos de eseproceso de renovación. Pujol aludió ayer a que lleva 47 años en política y que la simiente del árbol que constituye el símbolo de CDC ha dado frutos: dirigentes jóvenes pero ya maduros y preparados para asumir importantes responsabilidades. "Cataluña sabe que CDC es necesaria", dijo Pujol en su discurso de ayer en Montserrat. "Y por eso reclama una Convergencia renovada, rejuvenecida y reforzada. La tendrán. Doy testimonio de ello".

Tanto Pujol como Roca apelaron al patriotismo de partido para calmar la inquietud de cuadros y militantes, lógicamente preocupados por el escándalo que ha llevado a Cullell a la dimisión. Frente a las "nubes" de hoy, Pujol y Roca antepusieron un balance positivo de 20 años de partido y de 14 años de acción de gobierno, y una ambición de seguir avanzando en el futuro. "Si fuéramos unos desgraciados, un partido de segunda, sin bases, sin cuadros, no nos atacaría nadie", dijo Pujol.

Roca recordó que el 10 aniversario también coincidió con tiempos difíciles para CDC: la querella de Banca Catalana. Pero ello no fue obstáculo para ganar las elecciones autonómicas, por lo que espera que lo sucedido ahora no impida una victoria en las elecciones municipales, especialmente en la ciudad de Barcelona. Al caso Banca Catalana se refirió también Pujol, quien dijo que había sido un intento de "quebrarle las piernas" a su partido y a su Gobierno.

Pujol comparó la crisis en su Gobierno a la construcción de una casa ladrillo a ladrillo: "A veces se cae un tabique, pero es cuestión de levantarlo de nuevo y seguir adelante".

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