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Entrevista:

"Sólo la democracia puede, contener la marea integrista en Marruecos"

Juan Carlos Sanz

, Fue el preso político más antiguo de África después de Nelson Mandela. Tras 17 años de cárcel y torturas, el opositor de izquierdas marroquí Abraham Serfaty fue liberado de su condena per etua en la' prisión de Kenitra en septiembre de 1991. El exilio en París parece haberle proporcionado a este ingeniero de minas judío, de 67 años, una atalaya de reflexión desde la que observa con optimismo el proceso democrático iniciado por el rey Hassan II al ofrecer la jefatura del Gobierno a la oposición. A su paso por Madrid, reiteró ayer que sólo espera a que le devuelvan el pasaporte marroquí para regresar a su patria. Pregunta. Nada más llegar a París dijo que el sistema político marroquí estaba en crisis. ¿Marruecos se ve diferente ahora desde la barrera del exilio?

R. El cambio de Gobierno en Marruecos se ve afectado por los problemas que los partidos de la oposición plantean por la falta de garantías que, ofrece el vigente sistema semifeual, especialmente desde la gestión del ministro, del Interior, Driss Basri.

P. ¿Sigut pensando en volver a su país?

R Siempre. El pasado octubre solicité, el pasaporte. Mi, abogado de Casablancá ya ha pedido la partida de nacimiento, porque yo soy ciudadano marroquí, y no brasileño, como alegaron las autoridades para justificar mi expulsión. El rey Hassan II anunció que pueden volver todos los exiliados y sólo el bloqueo del Ministerio del Interior me lo impide. De alguna forma, mi regreso está vinculado a la democratización de la vida marroquí.

P. Qué debe ser primero, ¿el cambio político o el desarrollo económico y social?

R. La economía ha vivido una explosión de capitalismo salvaje sin las garantías del Estado de derecho bajo el peso de la especulación, la corrupción y el poder del narcotráfico. Al final, las graves desigualdades, y la carencia de democracia pueden de generar en una explosión social que sería aprovechada por los radicales integristas. Como ya ocurrió en Argelia en 1988. La democracia es la única barrera que puede contener la marea islamista en su versión más fanática.

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P. ¿Cuál es el papel del Rey en el proceso democrático marroquí? ¿Cree que seguirá el modelo de la transición española?

R. No se puede traspasar por completo la experiencia española a Marruecos, aunque puede servir de inspiración. Hassan II ha demostrado que tiene voluntad de cambiar la situación política al ofrecer la jefatura del Gobierno a la oposición. Pero sin la demolición del aparato feudal que todavía subsiste en Marruecos va a ser muy difícil que prosperen las reformas. En cierta medida, el Rey debe asumir el papel de árbitro entre los partidos del movimiento democrático y las fuerzas políticas que han defendido el antiguo sistema.

P. ¿Estos tres años de exilio también le han hecho cambiar de opinión sobre el Sáhara?

R. Yo defendí. la autodeterminación del pueblo saharahui y lo sigo haciendo. Ahora Marruecos acepta el referéndum organizado por la ONU y yo, personalmente, deseo que llegue, a buen término. Desgraciadamente, los bloqueos a la consulta popular son muy importantes por una sencilla razón: las preguntas del referéndum son demasiado absolutas porque o Se pierde o se gana todo. Sería mejor abrir una vía de diálogo bajo los auspicios de la ONU para que las dos partes lleguen a un compromiso: una solución del tipo de una confederación democrática entre Marruecos y el Sáhara. Y si el referéndum sigue bloqueado, no veo ningún problema para el diálogo.

P. ¿También servirá el diálogo para Ceuta y Melilla?

R. Tiene que haber un acuerdo entre países democráticos, y Marruecos todavía no lo es por completo. Melilla puede quedar integrada en una región autónoma del norte de Marruecos, con especiales relaciones con Andalucía¡ Pero el caso de, Ceuta es distinto por su estratégica situación, en el Estrecho. Un Marruecos democrático debería alcanzar un acuerdo con España para dotar de un estatuto de ciudad libre y neutral a Ceuta, ligada a una muy limitada soberanía de Rabat, en la que ciudadanos españoles y marroquíes- decidan sobre los asuntos internos.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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