Rojo recomienda una política de dividendos prudente
El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, recomendó ayer a los dirigentes de los bancos españoles que apliquen una política prudente a la hora de repartir dividendos este año. En un encuentro con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Rojo instó a las entidades financieras a que reconozcan "la realidad de sus resultados" y a que "no se aferren a situaciones del pasado".El máximo responsable del banco emisor realizó un pequeño balance de cómo está siendo el año para el sector financiero y adelantó un pronóstico para el próximo. Rojo afirmó que este año será bastante: malo para los bancos, como consecuencia de los ajustes que han introducido para adaptarse al descenso de los tipos de interés y recordó que "los tipos del activo han bajado más que los del pasivo". Otro de los aspectos que han influido decisivamente en el mal año de los bancos ha sido el comportamiento del mercado de deuda, que ha provocado serias pérdidas a las entidades financieras.
Sin embargo, el pronóstico hacia el futuro es más halagüeño. En opinión del gobernador, " 1995 será un año muy bueno para la banca, tanto por la reactivación económica corno porque se comparará con una ejercicio mucho peor". En cuanto a las cajas de ahorros, Luis Ángel Rojo matizó que su ejercicio será bastante mejor que el de los bancos.
Caída de los resultados
Estas manifestaciones del gobernador coincidieron con la presentación de los resultados de la banca en los nueve primeros meses del año. Los beneficios antes de impuestos se situaron en 413.232 millones de pesetas, un 23,6% menos que en el mismo periodo del año anterior, según los datos de la patronal bancaria AEB.Las cifras son comparables entre sí porque las correspondientes a Banesto no recogen en ninguno de los dos periodos las pérdidas acumuladas, como consecuencia del deterioro de su activo y de las prácticas irregulares llevadas a cabo, antes de la intervención de la entidad por parte del Banco de España.
El deterioro de los resultados ha afectado tanto a la banca española de capital privado como a los bancos extranjeros con oficinas y sucursales en España y se ha debido, esencialmente, al deterioro de los márgenes obtenidos por operaciones financieras (con deuda pública) que han pasado de unos beneficios netos de más de 333.000 millones de pesetas hace un año a 65.000 millones de pérdidas hasta septiembre de 1994.
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