Felipe Vega y Julio Llamazares llevan a la pantalla una fábula sobre el racismo
Perder la memoria histórica o caer en una amnesia profunda por accidente puede tener en ocasiones las mismas consecuencias. El largometraje El techo del mundo, del director leonés de 42 años Felipe Vega, con la participación en el guión de Julio Llamazares, se encuentra en pleno rodaje en varias localidades leonesas. La película refleja a modo de fábula lo ridículo del racismo.
"Es una apuesta por el mestizaje, a favor del extranjero que somos todos en algún momento en alguna parte, y trata de poner en duda los nacionalismos como son ahora, su ceguera política y social", explica Vega.Santiago Ramos es Tomás, el protagonista de la película, un albañil leonés del Curueño que emigró a Suiza hace 30 años y que, debido a una caída del andamio, olvida su educación en la solidaridad. Su ética de izquierdas se deshilacha, convirtiéndose en un racista, actitud que odió toda su vida. Sus dos hijas adolescentes (las francesas Nathalie Cardone y Ernmanuelle Laborit, esta última sorda de nacimiento) deciden devolver a Tomás a la tierra que le vio nacer, el pequeño pueblo de Cerulleda, en un reencuentro con la identidad perdida. El papel de Tomás estaba en principio pensado para José Sacristán. Hasta esta misma semana, el equipo de El techo del mundo ha permanecido en Cerulleda, un paisaje natural rodeado de montañas y desfiladeros de caliza salpicado de los ocres del otoño.
El protagonista de Las cartas de Alou, Mulie Jarju (natural de Gambia, de 37 años), hará reflexionar a Tomás, dentro de sus sombras, sobre las injusticias que provoca la xenofobia. El reparto se completa con Itziar Bollaín, Jean Luc Bideau y Jan Arnold.
El techo del mundo es una coproducción europea, con un coste que rondará los 250 millones de pesetas, en la que participan Roehrich y Asociados, Marea Films (España), Fama Film (Suiza) y Crocodile Productions (Francia). El rodaje se inició en octubre en Ginebra y ha continuado en varios parajes de la provincia de León y en Pirineos. El Ministerio de Cultura ha aportado una subvención de unos 50 millones de pesetas. También Canal +, Eurimages (Consejo de Europa), EDI (Ministerio del Interior suizo) y la Diputación de León han participado en el proyecto.
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