La triunfante soledad de Morente

ÁNGEL ÁLVAREZ CABALLERO, Enrique Morente salió por la puerta grande de la sala Revólver la madrugada del martes. El público se rindió ante el cantaor granaíno, que ofreció un recital mágico e intenso. El concierto conmemoraba la salida al mercado del sello discográfico Discos Probeticos (sin acento), un intento por liberar del yugo multinacional a los creadores flamencos. De madrugada, el cantaor celebró el triunfo en el bar Candela, donde dijo: "Esta noche me he entregao".

Enrique Morente presentó el lunes en Madrid su nuevo sello discográfico, Discos Probeticos, con uno de esos conciertos característicos suyos. Es decir, cuajado de magia, de personalidad, de una arrolladora capacidad de comunicación con la audiencia. Sólo se comunica así aquello que se ama y en lo que se tiene plena convicción.Está claro que Morente cree en lo que hace, y pone a su servicio no sólo su gran clase de cantaor, sino también, y sobre todo, un raro sentido de la oportunidad -que no oportunismo- de todo lo nuevo que introduce en cada momento del cante. Lo cual ya es un signo de madurez poco frecuente, porque innovar en el flamenco es materia delicada.

Manantial de belleza

Lo que hace Morente con el cante se constituye en un permanente fluir, en admirable manantial de belleza. A veces el cantaor nos sorprende con un giro inesperado, o un cambio de tonalidad impensable. Ese increíble remate de las siguiriyas, por ejemplo, que nos deja sin respiración. Manantial inagotable.

La primera parte ofreció al Morente típico, perfectamente clásico: bordó las siguiriyas, la soleá, el cante por levante...

Tras el descanso llegó la modernidad: a la guitarra de Montoyita se sumaron José Antonio Galicia (batería), Negri (cajón) y Ángel Gabarre y Juafiares (coros). Los textos de Alberti (Marinero en tierra) y Machado sonaron a gloria bendita.

Morente crea sin cesar, juega con los ritmos, enriquece la expresión jonda. Lo que está haciendo es complejo y dificil, tanto que está solo y probablemente se va quedar solo en un empeño semejante. Lo que sería una pena, porque está haciendo algo muy hermoso que merece tener continuidad. Los Discos Probeticos nacen en brazos de la magia.