La retirada de Blanco facilita la elección de un presidente cántabro de centro-derecha

José Luis Vallines, de 50 años, ingeniero industrial y líder del PP de Cantabria, se convirtió ayer en el principal candidato a presidir el Gobierno de Cantabria, al retirar su candidatura el secretario regional de los socialistas, Jaime Blanco. La actitud del PSOE es consecuencia del acuerdo tomado el lunes en Madrid por su ejecutiva federal.Vallines, no obstante, ha dejado su designación en manos del presidente del Parlamento, con la advertencia de que no aceptará ser propuesto como candidato si no tiene garantías de que va a ser elegido. Sin duda, el dirigente del PP no obtendría la mayoría absoluta, pero sí la mayoría simple en una segunda votación que se celebraría 48 horas después del pleno inicial.

La retirada de Blanco deja el camino libre a la elección de un presidente de centro-derecha. El portavoz del grupo parlamentario socialista, Miguel Ángel Palacio, entregó ayer al presidente de la Asamblea parlamentaria un escueto comunicado de 36 líneas en el que se transmite la renuncia del PSOE a competir por la presidencia del Gobierno regional. Tras 40 minutos de conversación con Adolfo Pajares, Palacio entregó el mismo comunicado a los periodistas, sin aceptar preguntas.

Los socialistas, de acuerdo con los criterios de la ejecutiva federal del PSOE, solicitan al presidente del Parlamento cántabro que "otorgue la iniciativa de formar Gobierno a aquel diputado de alguna de las formaciones del centro-derecha que esté en condiciones de reunir los apoyos suficientes para ser investido presidente del Consejo de Gobierno de la Diputación regional de Cantabria".

Los socialistas reiteraron, no obstante, su deseo de formar un Gobierno de coalición, junto con el Grupo Popular y el Partido Regionalista, que gestione la administración autonómica hasta las elecciones del próximo mes de mayo. Según ellos, se trata de: la fórmula "más digna y conveniente para la gobernabilidad de Cantabria, por otorgar mayor estabilidad a la institución y más confianza a los ciudadanos".

El PSOE reprocha al PP que se siga negando rotundamente a cualquier acuerdo con el partido socialista y por preferir reeditar el pacto con el partido de Hormaechea, la Upca.

Blanco, replegado

Durante toda la mañana, el hasta ayer candidato a la presidencia de Cantabria, Jaime Blanco, se encerró en el despacho de su grupo en la Asamblea y rehuyó a los periodistas. Tras conocer la retirada del líder socialista, Vallines confesó "no entender nada de lo que está ocurriendo" y prometió ponerse en contacto con los demás grupos. En su conversación con el presidente del Parlamento, Vallines se mostró convencido de que ningún diputado obtendrá la mayoría absoluta en la primera votación para elegir presidente, pero a la vez se abstuvo de presentarse a si mismo como el candidato del Partido Popular. Simplemente dejó en manos del presidente del Parlamento su designación como candidato en el caso de que tenga suficiente respaldo.La renuncia de Jaime Blanco facilita la elección del sustituto de Juan Hormaechea, porque bastará con que la candidatura reciba más votos a favor que en contra. Vallines podría alcanzar la presidencia de Cantabria con el apoyo de 13 diputados -los del Grupo Popular más los de la Unión por Cantabria, escisión del partido de Hormaechea- de una Cámara con 39 parlamentarios, en el caso de que Hormaechea no quiera apoyarle y se abstengan socialistas y regionalistas, como parece probable.

El presidente de la Asamblea parlamentaria confía en anunciar el próximo lunes la designación de un candidato a presidente de la comunidad, y la fecha para el debate de su investidura. Hoy mismo reanudará los contactos con los distintos grupos.

Vallines reconoció ayer que asume un gran riesgo, como consecuencia de la complicada situación política de Cantabria y del rechazo que ha producido su candidatura en Hormaechea.