Alteraciones en las funciones intelectuales
La Demencia de Alzheimer (DA) es una enfermedad que produce a los afectados una alteración de sus funciones intelectuales, de intensidad suficiente para alterar su actividad social, familiar y laboral. Al no existir tratamiento para el proceso, la DA constituye un grave problema médico y social. Su incidencia aumenta exponencialmente con la edad, hasta afectar a más del 25% de las personas de 85 años, aunque con gravedad variable. Dado el crecimiento de las expectativas de vida, es previsible que el número de casos de DA aumente en los próximos años.El síntoma inicial de la DA es la pérdida de memoria, sobre todo para los hechos recientes, o para lo que se intenta aprender de nuevo. Las quejas más comunes de los enfermos son los olvidos en la compra, la incapacidad para recordar dónde se dejó un objeto o la confusión de nombres; sorprendentemente para sus familiares, el enfermo es capaz de recordar sucesos muy remotos en el tiempo.
Con el avance del proceso, el paciente cada vez será más incapaz de atender sus tareas habituales; al tiempo, su lenguaje se empobrece y le cuesta gran esfuerzo encontrar las palabras adecuadas. En las etapas avanzadas del deterioro, los objetos le resultan extraños; sus familiares, desconocidos, y cualquier tarea simple (como abrocharse), un enigma insoluble. Finalmente, el enfermo no controla sus esfínteres, murmura sonidos ininteligibles, no acepta la comida, permanece insomne y agitado, hasta que queda postrado en cama y privado de cualquier asomo de inteligencia.
En los cerebros de pacientes con DA se encuentran cambios característicos (placas seniles, degeneración neurofibrilar) en los que juega un papel importante la alteración de la proteína amiloide cerebral.
Aunque la causa de la enfermedad no se conoce, en los últimos años se han hecho importantes descubrimientos, sobre todo en el terreno genético, y se ha demostrado que el ser portador de determinadas proteínas constituye un factor de riesgo.
Aunque no existe tratamiento para tan dramático proceso, algunas sustancias de reciente uso, por ejemplo, tacrina, pueden mejorar los síntomas iniciales de los pacientes.
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