Abbado y la música contemporánea

Claudio Abbado con la Joven Orquesta Gustav Mahler, por él creada en 1986, y el Coro de Valencia que dirige Fernando Perales, ofreció un programa dedicado a cuatro autores contemporáneos: el neoyorquino Morton Feldrnan y el húngaro Gyorgy Kurtág, nacidos en 1926; el austriaco Anton Webern y el parisiense-americano Edgard Varese, ambos de 1883. Una vez más, quedó claro el poder de convocatoria de los intérpretes cuando lo son de primera categoría. Nadie se quedó en casa.Feldman, muerto en 1987, compuso el año anterior, Copticligh, para orquesta, nueva muestra de su sensibilidad acústica super refinada y su concepto temporal renuente al movimiento. Como dice Tomás Marco, se trata de música como un estar más que como un devenir.

Kurtág se manifestó siempre como un músico fuertemente dramático, con frecuencia pesimista y capaz de renovar su mensaje aunque conserve algunos anclajes con formas y principios pretéritos. Por confección del compositor sabemos que Skizen zu stele es obra reflexiva sobre el misterio de la vida y de la muerte; su desarrollo es de tipo, generativo y la expresión orquestal muy contrastada, bien sea dentro de una gama de tonos suaves, bien por choques violentos.

Belleza sonora

Das augenlicht, para coro y orquesta, se basa en textos de Hildegard Jones. Anton Webern, dentro de la precisión de estructuras y lenguaje que le carácterizó, retorna a la búsqueda de la belleza sonora, tan transparente y aforística en las voces como en el complejo instrumental.En 1938, Hermarin Schrchen estrena Das augenlicht. Once años antes, Stokovski da a conocer Arcana, de Varesd, para una gran formación orquestal como corresponde a las necesidades expansivas del músico francoamericano. El juego de los ritmos, los timbres y las densidades, así como la alternancia, desarrollo-contracción, cuaja en una partitura tan impactante como casi todas las de Varese.

Las versiones fueron de primerísima categoría y el coro valenciano supo estar a la altura de las circunstancias.