"Si me quieres, líbrate de los niños"
Una madre de EE UU alega un secuestro y mata a sus dos hijos por un nuevo amor
Nadie es capaz todavía de reaccionar al impacto. Nadie es todavía capaz en Estados Unidos de explicarse qué hay dentro e la mente de una mujer que confesó haber matado a sus dos hijos a sangre fría. Nadie puede creer cómo pudo haber inventado y sostenido durante nueve días que los niños habían sido secuestrados por un joven negro a punta de pistola.Los habitantes de la pequeña localidad de Union, en Carolina del Sur, descolgaron ayer los lazos amarillos de esperanza que habían anudado a los árboles y los carteles de solidaridad con la madre que habían desplegado en los tejados. Durante varios días, la población entera se había movilizado en busca de los niños desaparecidos. Todos compartían el dolor de Susan Smith, quien les había contado que un hombre negro le había robado a sus dos hijos: Michael, de tres años, y Alex, de 14 meses.
Día y noche, la policía y los voluntarios rastrearon los alrededores sin poder encontrar una pista. La madre decía rezar para que sus hijos aparecieran. "Es tan triste que alguien haya podido llevarse a dos niños tan maravillosos. He puesto toda mi esperanza y toda mi fe en Dios para que me los devuelva a casa pronto", declaraba Susan horas antes de que toda la verdad resplandeciera.
La policía había empezado ya a sospechar. ¿Cómo era que la madre no luchó para impedir el secuestro? Susan fue sometida a un detector de mentiras, donde reflejó grandes contradicciones.
En la noche del jueves, la conciencia y el remordimiento vencieron su resistencia: Susan confesó que los niños estaban dentro de su coche, en el fondo del lago Long John, a unos 15 kilómetros de Union; ella misma los había matado. Cuando la policía sacó el automóvil a la superficie y descubrió los cadáveres descompuestos de las dos criaturas, se comprobó que, esta vez, la historia era cierta.
El pueblo entero estalló en lágrimas. "Para todos es como una muerte dentro de la propia familia", ha comentado el editor del diario local, el Union Daily Times. "Estamos todos profundamente impresionados por la forma en que esta comunidad respondió a estos terribles acontecimientos", apostilló el presidente Bill Cinton tras conocer el trágico desenlace.
Las autoridades no han revelado todavía las causas de tan monstruoso crimen. Todo apunta, sin embargo, a que Susan, de 23 años, era incapaz de asumir la responsabilidad de esos niños y quería librarse de ellos. La policía ha descubierto una carta enviada por Mitch Sinclair, su nuevo novio, en la que le decía que quería vivir con ella, pero que no estaba dispuesto a asumir la carga de dos hijos. El padre de los niños, David Smith, que renunció a la custodia de sus hijos al divorciarse de Susan, está fuera de toda sospecha.
Los amigos y compañeros de la madre, que trabajaba como secretaria de una empresa textil, dicen que Susan era una joven agradable que parecía disfrutar con la compañía de sus hijos, con los que jugaba como una niña más. Demasiado niña, quizá, para ser madre. Demasiado niña, incluso, para medir la distancia entre el bien y el mal.
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