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Aedenat tolera un trazado para el tren veloz del norte

El Ministerio de Hacienda ha reducido en 13.300 millones, de pesetas las aportaciones que el Consorcio Regional de Transportes preveía recibir de los presupuestos estatales de 1994 y 1995. Esa rebaja es un primer paso en el fuerte recorte que notarán los 68.000 millones de pesetas programados para los cuatro próximos años en inversiones de renovación de las flotas de autobuses y trenes de metro. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han provocado la reacción de Hacienda al reducir en los últimos ejercicios unilateralmente sus aportaciones.

El proyecto para comunicar Madrid y Valladolid por medio de un tren de alta velocidad todavía está muy verde, pero ya se oye un traqueteo que recorre la Comunidad de norte a sur. Se trata del castañeteo de dientes de los ecologistas ante los posibles desastres medioambientales que pueda ocasionar una obra de semejante envergadura. Precavidos, los miembros de la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) han decidido anticiparse a polémicas de última hora y ya han analizado con lupa los cuatro trazados propuestos por el Ministerio de Obras Públicas para seleccionar el más respetuoso.Aedenat se ha inclinado por la alternativa número 3, pero con correcciones, ya que "si siguiese el trazado inicialmente propuesto, generaría un impacto parecido" a las otras. El motivo de esta tolerante postura -inconcebible si se tratara de una autovía- es que la nueva línea "discurre próxima a la actual línea de ferrocarril" de Burgos. Santiago Martín Barajas, portavoz de Aedenat, justifica la elección: "Una infraestructura ya construida no produce nuevos impactos graves".

Pero los ecologistas ponen una condición para acatar el trazado: que la línea se superponga escrupulosamente -aunque haciendo más veloces, con mayor radio, ciertas curvas-, a la vía del tren existente. La modificación demoraría en cuatro minutos un viaje que puede alcanzar los 220 kilómetros a la hora. Sin embargo, la favorita del Ministerio de Obras Públicas -el Corredor 1- da pavor a Martín Barajas: "Sería el mayor atentado medioambiental de la década".

El consejero de Transportes de la Comunidad, Julián Revenga, reconoció esa rebaja tras escuchar en el pleno celebrado ayer en la Asamblea una dura intervención del portavoz del PP, Ignacio del Río. El diputado del PP le recordó las partidas fijadas para financiar el transporte en Madrid en los presupuestos estatales de 1994 y en el anteproyecto de 1995. Revenga matizó que la negociación con el ministerio no ha concluido. El Consorcio Regional de Transportes vive económicamente de las inyecciones anuales que le suministran, por orden de importancia, el Estado -a través del Ministerio de Hacienda-, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Esa situación se reguló entre 1990 y 1993 por un contrato-programa. En el mismo se estipulaba que el Estado subvencionaría cada viaje en los transportes públicos madrileños.

Año perdido

Finalizado ese contrato, se ha procedido a negociar otro nuevo que debía comenzar en 1994. Las conversaciones se han demorado y este ejercicio se da prácticamente por perdido. La Comunidad esperaba que el Estado aportase este año 23,7 pesetas por cada viaje. El presupuesto, sin embargo, contempló sólo 16.240 millones, 6.000 menos de lo previsto. Para 1995, la subvención se aumenta sólo en 45 millones, 7.300 menos de lo proyectado.

El Ministerio de Hacienda plantea igualar la subvención en Madrid y Barcelona a 18 pesetas por cada billete, lo que en el caso madrileño es una considerable reducción sobre lo ideado. Para paliarla se inventa otra línea de ayuda, que va directa a las inversiones en material para Metro y autobuses. La Consejería de Transportes pide por este concepto 15.000 millones, a distribuir en cuatro años. Hacienda concede por ahora sólo 8.500. Ese cupo supondría elevar indirectamente la subvención por viaje hasta 22 pesetas, cerca de lo reivindicado.

El mismo modelo se aplicará en Barcelona con resultados distintos. El añadido de las ayudas para inversiones previstas en esos transportes públicos se calcula sobre 6.600 millones, pero la mitad están ya compro metidos en saldar la deuda histórica de esos servicios.

Julián Revenga admitió que gran parte de la culpa de la re ducción estatal la tienen precisamente el Ayuntamiento y la Comunidad por rebajar unilateralmente sus aportaciones de los últimos años, mientras el ministerio las mantenía fielmente. En 1991, los responsables municipales en el Consorcio abrieron un debate sobre la cantidad que aportaba el Ayuntamiento de la capital, que consideraban excesiva. La controversia se saldó entonces con una reducción en 3.000 millories de los 16.000 millones programados. La Comunidad, por su parte, también bajó su parte otros 3.000 millones.

El ministerio propone ahora, para renovar el contrato, una financiación que se divida en tres partes iguales. Cada administración tendría que hacerse cargo de un tercio. Eso supondría que tanto la Comunidad como, sobre todo, el Ayuntamiento deberían aumentar su cuota. Revenga no se engaña y ya asume que, como ese acuerdo no se logrará, las tres administraciones reducirán sus aportaciones. La diferencia a la baja sobre los presupuestos planificados no se conseguirá con la subida de las tarifas de los transportes, según afirmó el consejero. Éstas aumentarán a partir de enero según el índice de precios al consumo, es decir, en torno al 4%. El recorte se notará en el capítulo de las inversiones, que se había situado en (58.000 millones para los próximos cuatro anos.

Tren a Colmenar

El debate sobre transportes públicos se prolongó cuando el pleno abordó una proposición no de ley del diputado del PP José María de Federico para instar a Renfe a prolongar el tren de cercanías que llega ahora a Tres Cantos hasta Colmenar. La resolución fue aprobada pon los diputados presentes del PP e IU (49) y la abstención de los del PSOE (37).

Los portavoces del PP e IU recordaron la reclamación unánime de los partidos en el Ayuntamiento de Colmenar (27.000 vecinos) y la presentación reciente de 5.400 firmas solicitando este servicio. El PP considera que sería muy barato alargar el tren esos ocho kilómetros porque podría aprovecharse parte de la línea muerta del tren a Burgos y la estación del municipio. Calculan la inversión en unos 800 millones.

Revenga ve imposible esa propuesta, la cifra muy cara (el PSOE insinuó que costaría 13.000 millones) y calcula que tendría pocos viajeros. El consejero adelantó datos de un estudio en marcha que sitúa la demanda en 1.500 usuarios al día. En Tres Cantos usan el tren 3.000 viajeros y la carretera de Colmenar (M-607) está siempre colapsada. El PP no aceptó una enmienda socialista, apoyada por IU, para que el Ayuntamiento de Madrid monte un carril bus en esa autovía. desde plaza de Castilla hasta el nudo norte (La Paz). Hay 180 servicios de autobuses en esa línea.

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