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Salinas dice que la violencia de este año en México quería impedir el cambio

El presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari aseguró ayer que los sucesos violentos sufridos por el país este año fueron distintos en origen pero coincidentes en sus objetivos: pretendían erosionar el cambio que se producía en el país. En opinión de Salinas, que hizo balance de sus seis años de Gobierno ante el poder legislativo, la insurgencia guerrillera en Chiapas sorprendió a su Gobierno, al que falló la información política.El presidente fue abucheado insistentemente durante su discurso en el Congreso por la oposición, que exhibió pancartas con textos como "Salinas mientes". Los congresistas opositores le recordaron haber accedido al poder de forma ilegítima y de que su política económica ha generado una oligarquía de grandes financieros en México. Salinas rindió cuenta de su sexenio a sólo un mes de su despedida y en medio de expectativas por reanudar su carrera política domo funcionario internacional al frente de la organización Internacional de Comercio.

Manifestaciones

Contó el presidente con el apoyo mayoritario de las dos Cámaras abrumadoramente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero con el potente ruido de la minúscula oposición, que integran el Partido de Acción Nacional, el Partido del Trabajo y el Partido de la Revolución Democrática, este último de izquierdas. En la calle, hubo también manifestaciones, reprimidas por granaderos a caballo, entre ellas una de la llamada Asamblea de Barrios, próxima al PRD que organizó una marcha con 300 ataúdes con las siglas del PRI que simbolizaban los 300 asesinatos de miembros de la oposición que se han producido en este sexenio.El presidente hizo balance sobre lo ocurrido en Chiapas desde el 1 de enero, día en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Dijo que hubo fallos de información, deficiencias en la respuesta social con el deprimido Estado de Chiapas y "un cuidado excesivo en no emprender acciones preventivas de seguridad en una zona tensada por viejos y nuevos conflictos sociales, étnicos y religiosos".

Salinas justificó la intervención del Ejército en la necesidad de desalojar a la guerrilla de las cabeceras municipales donde se había hecho fuerte. No obstante, recordó que la estrategia que siguió a la represión militar consistió en "empezar por el final": cese unilateral del alto el fuego, nombramiento de un comisionado de paz y ley de amnistía.

Evocó la escalada de violencia desatada con los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, dirigentes del PRI, y la cadena de secuestros a empresarios. Pero destacó el desarrollo normal de las elecciones de agosto y la importante respuesta ciudadana que se dio ante las urnas. Dijo Salinas que, pese "al desconcierto, la preocupación y el dolor" provocado por lo ocurrido este año, México no ha descarrilado en su proceso de cambio. Un cambio que, en su opinión, fue impulsado con un objetivo muy concreto: establecer una nueva relación entre el Estado y la sociedad".

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