Dos accidentes aéreos en Siberia revelan la falta de seguridad de la flota rusa

Al menos 26 personas perecieron en dos accidentes ocurridos en una remota región de Siberia a lo largo del fin de semana, con lo que el número de muertos en accidentes aéreos registrados en la antigua Unión Soviética en lo que va de año se eleva hasta 287 y devuelve al centro de la atención el estado de la flota aérea en Rusia y los demás países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Los dos aviones de la marca Antonov, un AN-12 y un AN-2, en uso desde poco después de la II Guerra Mundial, cayeron ambos el sábado, uno cerca de la ciudad de Irkutsk y otro en la región de Yakutia. Ambos pertenecían a pequeñas compañías independientes, dos de las trescientas empresas que sustituyeron al antiguo monopolio estatal de Aeroflot en los países de la CEI, de las que 250 operan en Rusia.

El primer avión siniestrado cubría el trayecto entre Yuzhni-Sajalinsk y Yermólino (una población en la región de Kaluga, cerca de Moscú). El aparato se incendió cuando se encontraba a sólo dos kilómetros de la pista de aterrizaje de la ciudad de Ust-Ilimsk, a 620 kilómetros al norte de Irkutsk. Los 21 ocupantes del Antonov AN-12, un aparato de carga, murieron a consecuencia del incendio. Siete de las víctimas eran miembros de la tripulación y las otras 14 eran pasajeros, tres de ellos niños.

En la misma zona de Irkutsk se produjo el pasado 3 de enero el peor accidente de los últimos nueve años en la antigua Unión Soviética: 125 personas murieron cuando se estrelló un avión TY- 154, el modelo más corriente de Aeroflot. Aquel siniestro marcó el comienzo del año más negro para la aviación civil rusa.

El segundo accidente tuvo lugar cerca del pueblo de Bagatái, a 680 kilómetros de Yakutsk, también a consecuencia del incendio del aparato, en este caso inmediatamente después de despegar. El aparato, un pequeño AN-2, transportaba a 14 personas, de las que cinco perdieron la vida. El resto del pasaje permanece ingresado en el hospital.

Número creciente de víctimas

El número de víctimas en accidentes aéreos en la extinta Unión Soviética no ha dejado de crecer en los últimos años. En 1990 murieron 107 personas; en 1992, 212; y en lo que va de 1994, ya son 287 las víctimas mortales en siniestros aéreos. Las cifras muestran claramente la gravedad de la crisis de la aviación civil rusa que, obligada a competir en un mercado libre, recorta todos los gastos posibles y arriesga con ello las vidas de sus pasajeros.El desmoronamiento de Aeroflot, que siguió al desplome de la Unión Soviética, ha dejado a la aviación civil rusa en un estado caótico. Muchas empresas apenas disponen de un aparato, es frecuente la sobrecarga, la falta de servicios técnicos adecuados, el ahorro de combustible y, desgraciadamente, el fallo humano, responsable de más del 70% de los accidentes, según las estadísticas oficiales.