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La guerrilla colombiana aspira a ganar 70 alcaldías en las urnas

La elección de alcaldes y gobernadores que se celebra hoy en Colombia está atravesada por la violencia guerrillera, la corrupción y la crisis de los partidos tradicionales, cuyas maquinarias se enfrentan el desgaste de un electorado que en marzo, en las elecciones parlamentarias, se abstuvo en un 70% y que en las dos vueltas presidenciales de mediados de año lo hizo en un 60%.

El proselitismo armado con el que la guerrilla tendría posibilidades de acceder al poder local en 70 de los 250 municipios bajo su influencia, sobre un total de 1.034, se desbordó en la última semana. Milicianos del Ejército de Liberación Nacional asesinaron a tres candidatos a la alcaldía y el consejo de Chita, en el departamento de Boyacá, en el centro del país; y a otro aspirante a la alcaldía de Santo Domingo, en el departamento de Antioquia, al noroeste, todos ellos del partido conservador.

Al reconocer la imposibilidad de garantizar elecciones limpias en estas y otras poblaciones, el Gobierno ha suspendido los comicios en ocho municipios donde designará alcaldes militares.

La noche del viernes, en una alocución televisada, el presidente Ernesto Samper, que asumió el poder el pasado 7 de agosto, pidió hacer llegar "la fuerza de los votos a los enemigos de la democracia". Y agregó: "Hay que decirles a los violentos que creemos en un país donde la esperanza se mantiene".

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