El PP intenta forzar a los socialistas a votar su moción contra Hormaechea

El Partido Popular está decidido a llevar hasta el final su negativa a pactar con los socialistas la salida de la presidencia de Cantabria de Juan Hormaechea. Los populares intentan poner al PSOE contra la pared: o votan al candidato del PP, José Luis Vallines, para suceder al presidente condenado o se hacen responsables de la continuidad de éste en el cargo. La permanente del partido cerró ayer cualquier posibilidad de acuerdo al señalar que no habrá diálogo más que con quienes den su apoyo previo, a la moción de censura del PP.

En esa situación están el Partido Regionalista de Cantabria, con dos escaños en la Asamblea Regional de Cantabria, y la Unión por Cantabria, una agrupación de cuatro diputados, dos de los cuales han sido condenados en la misma sentencia que impone seis años de prisión al presidente regional. Sumados a los nueve del PP, la censura contará previsiblemente con 15 votos a favor, cinco menos de los necesarios.Vallines, presidente regional del partido en Cantabria, recibió ayer instrucciones de la permanente, reunida en Madrid bajo la presidencia de José María Aznar, para iniciar conversaciones sobre la formación del hipotético nuevo Gobierno regional, pero sólo con quienes anuncien de antemano que le votarán para sustituir a Hormaechea. Esta orientación excluye de hecho al PSOE, que ha presentado su propia moción de censura, con su secretario regional, el guerrista Jaime Blanco, como cándidato a la presidencia.

La permanente, según fuentes del PP, "no descarta hablar con nadie, pero hay un requisito previo", qué es el compromiso de votar a Vallines. El juego sigue planteado como el martes, cuando populares y socialistas se enzarzaron en una carrera por las calles de Santander para presentar su propia iniciativa de censura en el registro de la Asamblea Regional antes que el adversario.

Vallines declaró anoche que aplazaría la entrevista con Blanco prevista para hoy y que antes se pondría en contacto con el PRC y Unión por Cantabria. Vallines adelantó que, después de estos contactos, se dirigirá al PSOE para negociar un pacto de legislatura, informa .

El secreto que mantuvo el PP hasta el último momento y lit fulminante decisión del PSOE cuando advirtió el movimiento de su rival parecen sugerir que unos y otros están más interesados en responsabilizar a su contrincante del fracaso de la censura que en clesalejar a Hormaechea:

A los socialistas nó les resulta incomodo llegar a las elecciones de mayo con el político condenado en su despacho oficial, porque les permitirá recordar que fue el pacto con Aznar lo que le abrió paso para volver a ocupar la presidencia en 1991.

En cuanto a los populares, ya tienen la experiencia de un enfrentamiento en las urnas con Hormaechea desalojado de la presidencia, cuando lograron menos de 40.000 votos y el partido de Hormaechea casi 100.000. Ahora no ven con malos ojos la posibilidad de disputar el voto en mayo a un presidente condenado.

Los populares no hacen ascos al voto de los dos diputados de la UPC condenados: "Si están condenados y van a votar para echarle, habrá que preguntarles a ellos por los motivos", argumentan.