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GENTE

SIGUE LOS PASOS DEL MAESTRO

Con sólo 11 años, la coreana Han Na Chang, becaria de la Julliard School de Nueva York, acaba de obtener el Gran Premio de la Ciudad de París, en la quinta edición del prestigioso Concurso Internacional de Violonchelo Rostropóvich,. dotado con 1.680.000 pesetas y abierto a intérpretes de dicho instrumento menores de 33 años. La coreana, la más joven de los concursantes que han pasad.o por las exigentes y duras pruebas, que requieren un repertorio de Bach a Lutoslavski, ya actuaba como solista a los nueve años. "Me quedé extasiado al escucharla. Los intérpretes de Asia han subido el nivel de una forma inconcebible en mi generación. Desde muy pronto alcanzan una perfección y un sentimiento únicos", comentaba Mstislav Rostropóvich. El violonchelista y director soviético, naturalizado suizo, nació en 1927 en Baku, hijo y nieto de violonchelistas. Empezó con el piano a los cuatro anos y su carrera estuvo unida a la de su maestro Shostalióvich, a su vez uno de sus grandes ' amigos, así como a Prokóflev y Britten. Sin embargo, él afirma "que el gran monumento y dignidad de tal instrumento ha sido Pau Casals". Rostropóvich abandonó la URSS en 1977 y se vino a París. Hoy cuenta con residencias en varias capitales del mundo. "Entonces", cuenta, "acepté la dirección del concurso que lleva mi nombre y en aquella primera edición ganó un español, Lluís Claret. Era curioso, porque a la nomenklatura rusa le desagradó que me otorgasen tanta atención y a la vez no perdían contacto conmigo. No permitieron a ningún músico de la URSS y países satélites que se presentara al concurso, y un oficial del KGB vigilaba constantemente. Luego me privaron de la nacionalidad soviética. Mi oposición contra el régimen siempre fue clara. Nunca imaginé que se derrumbaría. Pero jamás he perdido mis raíces. Los hombres con talento nunca lo hacen". Rostropóvich que cuenta en su carrera con uno de los repertorios más amplios existentes en los intérpretes, anima a los jóvenes a que se interesen por la música contemporánea. Su única queja es que haya pocas obras escritas para violonchelo, al que no sólo considera "mi fiel compañero, sino el único que vive dentro del hombre, el más próximo a la voz humana, el único que despierta la conciencia".-

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