El síndrome del emparedado
"Entre el mayor productor de cocaína [Suramérica] y el mayor consumidor [EEUU], México es como un sandwich, que además está cargado de picante", afirma un funcionario del Gobierno tamaulipeco. Tamaulipas sufre o disfruta de una posición estratégica y una geografía que convierte a este Estado en uno de los lugares ideales para las operaciones de narcotráfico.Más de 400 kilómetros de playas casi vírgenes en la costa del golfo de México, donde las descargas de avionetas repletas de cocaína tienen que salvar escasos obstáculos, y un voraz demandante de droga en el norte, hacen de Tamaulipas un corredor por el que pasan unas siete toneladas de cocaína al año rumbo a EE UU.
"Tamaulipas es el trampolín, pero Estados Unidos es la piscina", afirma Adrián Valero, portavoz del gobernador del Estado, Manuel Cávazos. Valero asegura que los 50.000 emigrantes centroamericanos que se concentran en la frontera para intentar dar el salto a Estados Unidos son un caldo de cultivo que fomenta el narcotráfico.
"En México es dificil perseguir a los traficantes porque la gente tiene miedo a colaborar y a presentarse como testigos en los procesos judiciales. Sin embargo, con relativa frecuencia se detienen algunos capos. En Estados Unidos nadie va a la cárcel, y no cabe duda de que las redes de delincuencia no concluyen en México", afirma Valero. "O no son tan eficientes como pregonan o hay algo rnás", añade el portavoz.
El gobernador Cavazos, un político reformista del Partido Revolucionario Institucional (PRI) incluido en la lista de personas que debían ser asesinadas junto al secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, se muestra reacio a hablar sobre el cartel del Golfo. "En Tamaulipas está desmantelado. Juan García Ábrego no está en nuestro Estado", asevera. Su lucha contra las drogas marcha por otros caminos. Desde hace más de un año ha implantado controles antidoping por sorpresa para todos los funcionarios estatales. Casi dos centenares de policías han sido dados de baja.
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