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ELECCIONES VASCAS

Lejos de la realidad

La iniciativa del Gobierno vasco eclipsa al Parlamento de Vitoria

Pedro Gorospe

Los pasillos del Parlamento vasco esconden pocos secretos de esta legislatura recién cerrada. Su deuda con la sociedad sigue aumentando después de cuatro años en que, salvo honrosas excepciones, ha continuado su labor como apéndice del Ejecutivo donde acaba el trámite de los proyectos de ley. La Cámara sólo ha tenido algún destello al final de la legislatura, como cuando se creó la comisión de investigación del caso Osakidetza (fraude en las oposiciones del Servicio Vasco' de Salud).Algunos ejemplos ponen sobre la mesa una evidencia que dura ya muchos años: el Parlamento de Vitoria no encabeza el debate de la sociedad. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, evita la Cámara. Decisiones unilaterales de la parte nacionalista del Gobierno alteran el consenso educativo que el Parlamento plasmó en la ley de la Escuela Pública Vasca. Y el propio lehendakari, José Antonio Ardanza, limita de forma extraordinaria sus intervenciones, delegando en los consejeros.

Pese a que los ciudadanos elijan a sus 75 representantes, 25 por cada provincia, la realidad es que el Parlamento marcha en segundo lugar, eclipsado por un Gobierno que marca el ritmo en función de sus intereses y toma medidas antes incluso de que los diputados hayan iniciado el debate. Hasta el presidente del Legislativo, Joseba Leizaola, llegó a poner en duda la oportunidad de investigar el caso Osakidetza.

Ésos, sin embargo, no son sus únicos problemas. Entre la aparición de un conflicto y su reflejo parlamentario pueden pasar varias semanas. El intento de la Comisión de Derechos Humanos por encabezar el proceso de reinserción quedó truncado por la oposición del PP y de Unidad Alavesa. Y cuando parecía que retomaba su interés por las críticas sociales a algunos de los privilegios de los altos cargos -se creó una comisión para revisar la figura del político-, todo se fue al garete con una de sus primeras propuestas: una subida del sueldo de los diputados.

"El Parlamento está todavía muy lejos de la sociedad", sostiene Rafael Larreina, portavoz de Eusko Alkartasuna, partido que según las estadísticas ha desarrollado el trabajo más intenso en la Cámara, tanto en la presentación de proposiciones de ley como no de ley, preguntas y enmiendas. En los partidos de oposición subsiste la idea de que al PNV le interesa esa inversión de los papeles y que sea el Gobierno el que dirija todo el proceso porque, al final, eso tiene una rentabilidad encarnada en la figura del presidente autonómico.

En cuanto a la producción de leyes, esta legislatura ha dejado el listón en 39 -diez en mayo y junio-, seis menos que la anterior. Sin embargo, la calidad ha sido importante y se han resuelto problemas pendientes como la Ley de la Escuela Pública Vasca, la Ley de la Policía, la reforma de la sanidad, la Ley Reguladora del Juego y medidas para la reactivación económica y el empleo. Ha quedado totalmente configurada, pues, la función pública vasca, y el trabajo de control de la Radio Televisión Pública Vasca también ha sido intenso, con un pleno y varias comparecencias tras las denuncias de censuras a sus trabajadores.

En el tintero se han quedado otras leyes importantes, como la Municipal, que acabaría el diseño interno del País Vasco, y otra emblemática como el Banco Público Vasco, que no prosperó por la petición de EA de que la entidad no fuera operativa hasta que no tuviera los coeficientes de caja, y porque UA hizo fuerte oposición en el Parlamento Foral de Álava.

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Junto al compendio de leyes, el Parlamento ha desarrollado una buena labor sectorial con plenos monográficos sobre política industrial, agricultura y sanidad, entre otros, que han contribuido a sacarlo de su urna y colocarlo, aunque sólo momentáneamente, al nivel de la calle. "Un balance muy satisfactorio", explica Enrique Lucas Murillo, director de la Secretaría del Gobierno y de Relaciones con el Parlamento.

Todo ello en una legislatura marcada por los cambios, con dos Gabinetes sucesivos, el tripartito nacionalista y posteriormente el de coalición con los socialistas, que han afectado a la institución.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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