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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La paz de Hussein

EL PRÓXIMO día 27, con toda probabilidad, se firmará la paz entre Jordania e Israel. En julio, los dos países ya habían puesto fin a un estado de guerra vigente desde hace 46 años. Apenas tres meses después, las diferencias de fronteras y utilización de recursos naturales parecen resueltos y la carrera hacia la paz está sellada. El acuerdo jordano-israelí es, en cierto modo, una consecuencia de la firma de la paz entre la OLP palestina e Israel de septiembre de 1993. Pero hay una diferencia entre ambos acuerdos, lo que explica la celeridad del primero y la tardanza del segundo. Mientras palestinos e israelíes firmaban una paz sólo proyectada, Jordania y el Estado hebreo van a suscribir formalmente lo que ya existía entre ellos: un acuerdo profundo para no recurrir nunca más a las armas.Israel, que de forma tan abrupta controla el ritmo de las negociaciones con los palestinos, ha sabido encontrar la vía de la generosidad en sus diferencias con Jordania. Así, el acuerdo prevé el restablecimiento de las fronteras existentes entre los dos países durante el mandato británico de Palestina, lo que equivale a la recuperación por parte de Jordania de algo más de 300 kilómetros cuadrados de territorio ocupado por Israel. El hecho de que esa lengua de tierra estuviera bajo cultivo de colonos israelíes no va a ser obstáculo. Ammán alquila esas tierras a sus actuales cultivadores. Y ello permite al rey Hussein mostrar ya los frutos de la paz a su opinión pública. Y constituye todo un precedente para la solución del contencioso territorial sirio-israelí, el último gran problema fronterizo por resolver en la región.

Más información
Israel y Jordania dejan listo para la firma el tratado de paz

Todo ello nos remite a la cuestión central del conflicto, cada Vez más despejado de contenciosos derivados: la consecución de un arreglo territorial definitivo entre la OLP e Israel. Para Tel Aviv no va a ser tan fácil abandonar ciertos puntos de Cisjordania -como la propia Jerusalén Este- como hace ahora con estos peraltes de tierra jordana. Pero no por ello deja de ser la firma jordano-palestina del acuerdo de paz un nuevo hito en el camino hacia la paz en Tierra Santa.

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