Clinton se la juega a mitad de legislatura
El presidente salta a la arena para evitar tener que luchar con un Congreso hostil
Faltan exactamente tres semanas para que la gestión de Bill Clinton sea puesta a prueba en las urnas. Las elecciones del próximo martes 8 de noviembre servirán para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes, 35 de los 100 escaños del Senado y 36 puestos de gobernador, pero la oposición republicana las ha planteado como un referéndum sobre el presidente demócrata, y así lo interpretan muchos electores a la ahora de decidir sus votos.Tradicionalmente, las elecciones que se celebran justo a la mitad de una gestión presidencial suelen perjudicar al partido en el poder. Pero, si no se modifican las perspectivas actuales, este año puede producirse un vuelco verdaderamente histórico. Por primera vez en 40 años, los republicanos están en posición de obtener mayoría en la Cámara de Representantes y en el conjunto del Congreso.
En el Senado, donde los demócratas tienen una mayoría de 6 contra 44, la oposición tiene grandes posibilidades de ganar cuatro escaños más y está bien situada para obtener los otros tres que necesitaría, para convertirse en partido mayoritario. En la Cámara de Representantes, donde los demócratas mandan con 256 actas frente a 178, un 40% de los norteamericanos, según las últimas encuestas, son partidarios de votar a los candidatos republicanos, mientras que un 38% se inclina por los demócratas.
Un Congreso controlado por los republicanos no les aseguraría el absoluto control del proceso legislativo, puesto que muchas leyes necesitan los dos tercios o una mayoría superior a la que ningún partido puede conseguir actualmente. Pero sí haría mucho más difícil el segundo tramo de la gestión de este primera legislatura a Clinton.
El presidente recorrerá una docena de Estados -ya el sábado estuvo en Miami, junto a Hillary, para apoyar las pretensiones senatoriales en Florida de su cuñado Hugh Rodham- haciendo campaña por los candidatos demócratas, pero el apoyo de Clinton -con un nivel de popularidad poco por encima del 40%- no supone actualmente una gran ayuda. Derrotadas en el anterior Congreso sus principales iniciativas legislativas, el presidente apenas tiene algo más que ofrecer al electorado que su ley contra la delincuencia y su promesa de seguir empujando la reforma sanitaria. De hecho, varios candidatos demócratas han hecho campaña abiertamente contra el presidente, o ignorándolo por completo.
El destino de algunas de las principales figuras demócratas está en juego en estas elecciones. Éstos son los focos de mayor interés con vistas al 8 de noviembre:
- Florida: un hermano de Hillary Clinton, Hugh Rodham, compite por un acta en el Senado por el Partido Demócrata, mientras que un hijo del ex presidente George Bush, Jeb Bush, es el candidato republicano a gobernador.
- Nueva York: el actual gobernador, Mario Cuomo, una leyenda dentro del Partido Demócrata, tiene serias dificultades para ser reelegido frente a un desconocido aspirante republicano, George Pataki.
- California: la senadora demócrata Dianne Feisntein ve peligrar su escaño ante un republicano, Mike Huffington, que no tiene otro mérito que los 20 millones de dólares (algo más de 12.500 millones de pesetas) de su fortuna personal que ha gastado en la campaña. El gobernador republicano, Pete Wilson, se juega no sólo su reelección, sino sus posibilidades de aspirar a la presidencia en 1994. El conjunto de las campañas tiene como fondo la cuestión de la creciente emigración.
Un Kennedy en peligro
- Massachusetts: el gran patriarca demócrata, Edward Kennedy, está, por primera vez, en serio peligro de perder su presencia en el Senado a manos de un joven republicano, Mitt Romney, que despierta todo el atractivo que Kennedy tenía hace 30 años. Otros cuatro miembros de ese famoso clan, Kathleen Kennedy, Joseph Kennedy, Patrick Kennedy y Mark Shriver, compiten también por cargos electos en Maryland, Massachusetts, Rhode Island y Maryland, respectivamente.- Tejas: otro hijo de Bush, George Bush, tiene grandes posibilidades de derrotar a la actual gobernadora, la demócrata Ann Richards.
- Virgina: el principal símbolo del escándalo Irán-Contra, Oliver North, ha sorprendido a todos como un sólido aspirante a ganar un escaño senatorial.
- Estado de Washington: si el actual presidente de la Cámara de Representantes, Thomas Foley, otro dinosaurio demócrata, no consigue la reelección -lo que es muy probable-, será el primer político derrotado en ese puesto desde 1860.
- Washington DC: el ex alcalde negro Marion Barry recuperará, casi con seguridad, el cargo que perdió en medio de un escándalo por consumo de cocaína.
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