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Leguina intenta seducir al alcalde con una maqueta del puente de la línea 10 del metro

Javier Casqueiro

El acuerdo para desatascar las obras de la línea 10 del metro a su paso por la Casa de Campo y el Manzanares parece más cercano que nunca tras 15 meses de discusiones. Una simple maqueta ha rebajado las tensiones. La Consejería de Transportes, que dirige Julián Revenga, ha compuesto una escena en miniatura sobre la incidencia paisajística de ese polémico tramo que ofrece una visión completa del puente que cruzará el río y la M-30. La composición ha seducido a casi todos los que la han apreciado, entre ellos, al alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano.

No ha sucedido lo mismo con la concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, que sólo ha flexibilizado un poco su irreductible posición inicial de que el suburbano toque un centímetro del principal parque de Madrid.Los diputados del PP en la Asamblea, que no han visto todavía la citada maqueta, se han atrincherado en una oposición a este proyecto con argumentos más radicales que los de Esperanza Aguirre. Ésta, ayer, reconoció incluso "avances espectaculares" en las negociaciones. El diputado popular José María de la Torre, sin embargo, aseguró el jueves en el Pleno de la Asamblea que las posiciones estaban más distantes que nunca. Para corroborarlo comentó que ni el alcalde; ni el primer teniente de alcalde, Luis María Huete; ni Esperanza Aguirre le iban a dejar de mentiroso.

Una comisión de técnicos municipales y autonómicos se reunió el jueves para escrutar las alternativas. en litigio. Los representantes del Ayuntamiento rescataron primero su trazado totalmente en subterráneo de esta línea, que costaría 1.600 millones más. En la Consejería de Transportes lo consideran inviable técnicamente por no disponer de espacio suficiente entre la Casa de Campo y el río para deprimir el metro con la pendiente necesaria para atravesar el Manzanares y luego llegar a la altura del intercambiador de Príncipe Pío.

El resultado del encuentro entre los técnicos autonómicos y municipales no aportará grandes novedades al debate sobre la línea 10 del metro de las últimas semanas. Todo indica que la solución autonómica, ya retocada hace seis meses por las aportaciones municipales, será al final la aceptada: habrá viaducto y puente sobre el río y la M-30 y luego un túnel para cruzar la Casa de Campo hasta la estación de Lago.

Pasarela sobre el Manzanares

El pasado lunes, el presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, y su consejero de Transportes reservaron para el final de su entrevista con el alcalde y la concejal de Medio Ambiente una sorpresa. La Consejería ha reproducido en una maqueta el escenario del paso de la línea 10 por la zona en discusión para intentar demostrar que la afección no es tan impactante como se afirma desde el Ayuntamiento.

El puente sobre el río se ofrece, en esta panorámica, más liviano incluso que algunas pasarelas de peatones que ha construido con hormigón el Ministerio de Obras Públicas también sobre la M-30 muy cerca de este punto, junto al estadio Vicente Calderón.

El puente de la línea 10, en total de unos 250 metros de largo, ira elevado a unos 4,5 metros del suelo, el canto de su plataforma no superará el metro de perfil y la anchura será de seis metros. Un puente normal sobre el Manzanares mide unos 30 metros de ancho. En el centro del viaducto se alza una pila de 25 metros de altura que sujetará los tirantes, que ayudarán a soportar la estructura.

La Consejería ha mostrado esa imagen ya a los vecinos de la calle de Aniceto Mariñas que preocupan al Ayuntamiento por las posibles molestias que causará el paso del metro. Transportes asegura que los ruidos ni se notarán tanto por los avances que se aplicarán ya en la construcción de ese tramo -con los mismos elastómeros de goma que se pondrán en la estación de ópera bajo el teatro Real-, como por los decibelios habituales de la M-30.

Además, la categoría de este proyecto, firmado por Leonardo Fernández Troyano y Javier Manterola, ha convencido no sólo al tribunal que le concedió esta obra por concurso. También ha sido valorada por Izquierda Unida. El impacto estético se suaviza porque este trazado apenas toca ya la Casa de Campo, aunque si pasara en una línea elevada de 110 metros por el lugar en el que ahora están unos viveros municipales. La incidencia sobre esos viveros se limita a los 80 centímetros que ocuparán cada pilar del puente. El jardín de Felipe II que el Ayuntamiento proyecta recomponer en esa zona también será sorteado.

102.000 usuarios

Finalizado el viaducto, el metro entrará en la Casa de Campo ya en subterráneo durante otros 414 metros, en un túnel que la empresa adjudicataria de la obra, Dragados y Cubiertas, pretende hacer a cielo abierto, pero que también podría técnicamente taladrarse sin necesidad de afectar teóricamente a ningún árbol. La Comunidad, piensa que las máquinas tan sólo podrían perjudicar a 11 árboles (plátanos). En cambio, la concejal de Medio Ambiente recordó ayer que pretende defender unos 200 árboles de unos 40 años. Las obras podrían comenzar en pocos días y tardarán dos años en terminarse. La línea dará servicio entonces a 102.000 viajeros diarios.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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