Los democristianos piden el voto al SPD en Rostock para evitar que los poscomunistas lleguen al Parlamento
El temor a que los poscomunistas del PDS puedan ganar un escaño en Rostock ha movido a militantes de la CDU a poner en marcha una campaña para no votar a su candidato y hacerlo a favor del socialdemócrata (SPD). En anuncios de prensa, los democristianos de Rostock, conscientes de que su candidato no tiene posibilidades de ganar el distrito, y ante el temor de que pueda hacerlo el del PDS, piden que se emita el primer voto a favor del- candidato socialdemócrata (SPD).
De esta forma, si se suman los primeros votos del SPD y CDU en Rostock, se puede conseguir que los poscomunistas del PDS no logren uno de los tres mandatos directos que les llevarían al Bundestag con una cifra estimada entre 20 y 30 escaños. La ley electoral alemana prevé que no cuentan para nada los votos de los partidos que obtengan menos del 5%, a no ser que consigan tres diputados. Para ello, el PDS tiene que ganar la mayoría relativa en al menos tres distritos electorales. En ese caso, la claúsula del 5% queda sin efecto y se contabilizan todos los votos conseguidos.
Por otra parte, el ministro de Hacienda de un eventual Gobierno socialdemócrata (SPD), el presidente del Sarre Oskar Lafontaine (SPD), ha declarado que, si llega a ocupar el cargo, se encargará de, lograr una corrección del tratado de la Unión Europea en 1996 y se opondrá a una moneda única europea, a no ser que ésta logre la misma estabilidad que la del marco.
En los últimos coletazos de una de las campañas electorales más aburridas que sé recuerdan en la República de Bonn, uno de los miembros de la troika socialdemócrata, el candidato a canciller. derrotado en 1990 Lafontaine, ha largado al debate un tema de política exterior.
Este terreno apenas ha sido pisado en la campaña. Los políticos del SPD respondían por lo general que en ese campo había un consenso básico entre el Gobierno y la oposición.
Lafontaine, quien ya había mostrado su coincidencia con las tesis de la CDU/CSU en favor de un núcleo duro en Europa, ha tocado una fibra sensible en los miedos atávicos de los alemanes: el de una moneda europea que pueda acabar con el marco y la estabilidad.
En unas declaraciones que publicó ayer Bild Zeitung, Lafontaine acusa al actual Gobierno de centro derecha (democristianos y liberales) de "cometer un pecado original contra la estabilidad económica". Según Lafontaine, Alemania "se arriesga a que en 1999 el marco sea eliminado a costa de una moneda europea inflacionaria".La reacción del Gobierno no tardó en producirse. El Ministerio de Hacienda calificó las declaraciones de Lafontaine de "puro populismo de campaña" y recordó que el SPD aprobó con sus votos el tratado para la creación de una moneda europea.
La declaración de Lafontaine deja entrever que en cuestiones europeas un SPD en el Gobierno podría mantener posiciones más nacionalistas que la actual coalición de centroderecha.
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