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CITA CON LAS URNAS EN ALEMANIA

Los socialdemocratas quieren llegar al poder sin definirse sobre sus aliados

Los socialdemócratas alemanes y su candidato a canciller, el presidente de Gobierno de Renania-Palatinado, Rudolf Scharping, centran su propaganda, al fínal de la campaña electoral, en la consigna "cambio de canciller". Sin embargo, no se definen sobre con qué partido, o partidos, lograrían la mayoría necesaria en el futuro Parlamento Federal (Bundestag). La única promesa en firme que se les saca es que ningún socialdemócrata legará a canciller con el apoyo de los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS).

Aunque los sondeos dan al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) un porcentaje en torno a] 37%, por lo que necesitaría muchos apoyos para lograr una mayoría viable, capaz de provocar el cambio en la cancillería de Bonn, Scharping, de 46 años, también expresa su aversión hacia una gran coalición con los deniocristianos (CDU/CSU).Cuenta el SPEI con el voto de Los Verdes, pero no parece que vaya a ser suficiente. También podría sumar los diputados del PDS, si los poscomunistas consiguen entrar en el Bundestag, pero éstos, de momento, son tabú. Scharping ha jurado que no contará con ellos, ni para tolerar un Gobierno, como ha ocurrido en el Estado federado de Sajonia-Anhalt, donde gobierna una coalición rojiverde apoyada por el PDS. Esto no sería practicable en Bonn.

El SPD y su candidato Scharping se han venido abajo en el último medio año, cuando parecía entonces que tenían al alcance de la mano la misión, hasta ahora imposible en Alemania, de derribar un canciller en unas elecciones desde la oposición. Nadie en la historia de la República de Bonn consiguió semejante hazaña. Willy Brandt (SPD) llegó a canciller en 1969 tras un periodo de gobierno en la gran coalición con los democristianos. El actual inquilino de la cancillería Helmut Kohl (CDU) se hizo con el cargo en 1982, cuando los liberales (FDP) cambiaron de pareja y retiraron su apoyo a Helmut Schmidt (SPD).

Kohl en versión suave

El SPD había, diseñado una campaña electoral a base de presentar a un candidato que no inquietara al electorado, sin una alternativa radical. Casi se puede decir que Scharping resulta una especie de Kohl en versión suave y moderna. Hasta los dos son del mismo Estado, aunque Kohl del Palatinado y Scharping de Renania. El hueco en el mercado de votos era el electorado del centro y, hacia ahí se orientó la campaña del SPD, que funcionó mientras la crisis hacía estragos y las cifras de paro subían hasta rebasar los cuatro millones.

Una serie de errores propios, como el anuncio de una subida de impuestos que afectaría a un elevado número de contribuyentes; disputas dentro del SPI) sobre la política de tráfico y la limitación de velocidad en las autopistas; la reacción inadecuada ante la elección del presidente federal el pasado mayo; la derrota estrepitosa en las elecciones al Parlamento Europeo y, sobre todo, la recuperación económica iniciada en Alemania han dejado a Scharping y al SPD con escasas posibilidades frente a un Kohl prepontente y exhuberante.

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Sólo una serie de combinaciones de complicada aritmética electoral permitirían el cambio de canciller anhelado por la oposición.

El SPD parece haber recuperado algo de terreno con el lanzamiento del trío, los tres políticos más fuertes del partido, que pertenecen a la generación de los llamados nietos de Brandt. Además del candidato a canciller Scharping, forman el triunvirato el presidente de Gobierno del Sarre, Oskar Lafontaine, de 51 años, derrotado por Helmut Kohl en las elecciones de hace cuatro años, y Gerhard Schroeder, de 50 años, presidente de Gobierno de Baia Sajonia. Con este trío, el SPD trata de evocar y tal vez reeditar el modelo del trío glorioso formada por Willy Brandt, Helmut Schmidt y Herbert Wehner, que rigió en toda la década de los setenta los destinos del país y también los del partido.

Lo mismo que en el histórico triunvirato, donde los tres se llevaban como el perro y el gato, el actual no es un modelo de armonía, pero, al menos hasta el próximo domingo, el SPD ha conseguido unir fuerzas y presentarse como un bloque frente a

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