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Vuelve el invierno

Lydia y su marido son millonarios para los que el salami, el pescado y la fruta son un lujo, porque el millón que ganan al mes entre ambos -ella como ayudante de laboratorío, él. como constructor- es en rublos, y ahora equivale únicamente a 267 dólares (poco, más de 34.000 pesetas). "Ya nos hemos apretado el cinturón," afirmaba Lydia el pasado miércoles. "Ahora alimentaremos a nuestros hijos con sopa,. sopa y más sopa. Hace algún tiempo solía sentirme muy irritada, pero ahora lo acepto. ¿Qué otra cosa podemos hacer?"

Andrei mostraba una reacción más emocional. Es un hombre de negocios que gana mucho dinero (lo suficiente para remodelar su piso y llevar a su mujer de vacaciones a París y a Niza) suministrando pilas para artículos electrónicos. "Acabo de dar salida a un envío al precio antiguo. Ahora los precios se dispararán. Voy a perder unos 30.000 dólares" se lamentaba. Andrei se recuperará de las pérdidas. Forma parte de ese sector de la población (que se calcula en un 10%) que posee dólares, una protección segura frente a la inflación. Sin embargo, la mayoría tienen que arreglárselas con unos ingresos en rublos. Los pensionistas, inválidos y familias numerosas se verán especialmente afectados.

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Alexandra es una de estas personas. Es viuda y tiene una pensión mensual de 136.000 rublos (unas 4.600 pesetas). Ayer compró una rebanada de pan negro por 800 rublos y se sumó a una cola para comprar patatas a 400 rublos el kilo. Sin embargo, no sentía nostalgia de los comunistas. "Mi marido es la única persona que añoro."

Yeltsin puede enfrentrarse a la indignación de sus adversarios políticos, pero el estoico estado de ánimo de la calle indica que la población rusa está lejos del punto de ebullíción. Es cierto que algunos moscovitas se mostraban furiosos ayer. "¿Qué puede esperarse de YeItsin y de sus bandidos?" preguntaba Tatiana, una profesora. Otros todavía apoyan a su líder. "No, excluyo que estén intentando derribar a Yeltsin" declaraba Mijail, un militar retirado. Nikolai se mostraba filosófico. "El verano ha acabado y vuelve el invierno". Durante el verano vivimos con la ilusión de la estabilidad. Pero Rusia no produce. ¿Cómo va a ser cierta la recuperación?".

The Independent.

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