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ELECCIONES VASCAS

Por cualquier medio necesario

Jarrai combina el activismo en reivindicaciones juveniles con los enfrentamientos callejeros

No hay duda de que los dirigentes de Jarra¡, las juventudes de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS), saben quién es Malcolm X gracias al filme de Spike Lee. Y no porque ahora sus huestes luzcan en los conciertos de Negu Gorriak camisetas estampadas con la efigie del malogrado líder afroamericano. Más bien porque han trasladado a su acción diaria la célebre consigna de "por todos los medios que sean necesarios". Jarrai tiene abiertos muchos "frentes de lucha". Están en donde se mueve una parte de la juventud vasca: en los gaztetxes (casas de cultura alternativa), en la insumisión, en los institutos, con el euskera y, como admiten orgullosos, en la calle, levantando barricadas a la brutalidad policial". Sólo entre 1990 y 1992 la policía detuvo a 65 de sus militantes por presunta relación con ETA., En el entramado de a izquierda abertzale, cada cual juega su papel, legal o iegal. Ésta es la tesis con la que el departamento de Interior del Gobierno vasco se adentra en el complejo autárquico de ETA-HB-KAS. En este reparto fÍlmico, a los jóvenes formados en la ortodoxia de KAS les correspondería "dar cobertura política a un conjunto de chavales que viven en la fractura social o personal de las sociedades industrializadas". Los jarraitxus, convertidos en una tribu urbana más, movilizarían una "Infantería" con el único objetivo de perpetuar la cultura de la violencia.

De esta forma, el problema no sería distinto al de los hinchas exaltados del fútbol o a las algaradas por el cierre de los bares a las tres de la madrugada. La diferencia es que se presenta recubierto por una aureola ideológica. Algunos sociólogos avanzan un poco más y aseguran que JarraI es un mundo sin rumbo, perdido en la algarada callejera e inconsciente de que el país se está construyendo a sus espaldas.

Javi tiene 20 años. Vive en la margen derecha de la Ría, pero en Erandio, una localidad obrera alejada bastantes kilómetros de los palacetes de Neguri. Le gustaría tener un trabajo decente, pero lo que tiene es un número en las estadísticas, entre ese 56% ¿le parados de entre 16 a 24 años. Ahora anda aprendiendo, euskera y en su anorak verde resalta una chapita redonda con la leyenda: Euskalduna naiz eta arro nago (Soy euskaldún y estoy orgulloso). No se pierde un concierto de los Negu Gorriak y aplaude a rabiar cuando algún encapuchado prende fuego a la enseña española mientras los Negu. gritan aquello de "Todos somos Pepe Rei" [periodista de Egin encarcelado por su presunta relación con ETA].

Apuesta radical

Es independentista y simpatiza con el mundo de HB. Cada vez está más harto de los cipayos (término despectivo utilizado por la izquierda abertzale para referirse a los agenes de la Ertzaintza). Si va a poner carteles, se los quitan y le fichan. Si sale a defender la insumisión en una mani ante los juzgados de Barakaldo (Vizcaya), la cosa acaba entre humo. "El problema es si te mueves. Si ocupas un local para autogestionarlo, si dices no a la mil¡, si apuestas por la ikurriñ y por el euskera de manera radical", afirma.

Las juventudes de KAS hunden sus tentáculos en todos esos frentes, vampirizándolos o en un discreto segundo plano, según convenga. Sus militantes -más de 2.000 repartidos en 160 taldes [grupos] del País Vasco Y. Navarra- conocen bien las técnicas de manejo de asambleas, del engrudo y la escoba y el trabajo en las comparsas de fiestas. Pero, según la policía, también entienden de otras actividades en e o e la legalidad o abiertamente ilegales, como la alteración del orden público, la quema de autobuses y la abierta guerrilla urbana. Se diría que combinan a la perfección ocio y negocio, martxa eta borroka, rock y artilugios incendiarios.

La seria autocrítica realizada en su V Congreso, celebrado en Bilbao en 1992, ha permitido cierta apertura en su forma de operar con el resto de organizaciones que trabajan por transformar la sociedad en Euskadi. "La gente nos mira de otra manera, trabajamos con los demás, no con un sentido de patrimonializar, sino con una filosofia mucho más abierta", afirma Ester Agirre, de 24 años, licenciada en Derecho Económico y dirigente de Jarrai.

Ester sonríe cuando le comentan que la organización en la que milita es el semillero de ETA. Los datos sobre arrestos, militantes condenados por tirar cócteles mólotov y las vinculaciones de Jarra¡ con los comandos X e Y de apoyo a ETA le suenan casi a manipulación policial. Admite que la gente empieza en Jarra¡ o su entorno y, tras madurar políticamente, "algunos pasan a militar a HB, otros se quedan en casa y algunos se pasan a ETA". Es el caso de Felipe San Epifanio, Xabier Galparsoro... Se les considera los "sectores más concienciados por la opresión en la que vive Euskal Herria". Este discurso, casi de manual, conecta con una parte de la sociedad vasca. Y la historia comienza de nuevo o, en realidad, no termina nunca.

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