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Iberia pretende dar entrada en su capital a los trabajadores de la empresa y a socios externos

Miguel Ángel Noceda

El Instituto Nacional de Industria facilitará la entrada en el capital de Iberia a los trabajadores de la compañía y a socios externos en la ampliación que realizará en esta empresa si se lo permite la Comisión Europea. Esta medida trata de compensar hasta cierto punto, el sacrificio de reduc ción del 15% de los salarios que se les pide a los empleados. Iberia extenderá los acuerdos con la empresa matriz a sus filiales españolas Aviaco, Viva y Binter.

El objetivo de Iberia es colocar una parte importante del capital en manos ajenas al INI, que mantendría el control. En el plan estratégico que debe presentar en Bruselas no se especifican nombres ni cantidades, pero fuentes de la companía han señalado que a medio plazo podría privatizarse alrededor del 40% del capital sin pasar por Bolsa.En estos momentos sólo está claro que para los trabajadores se destinaría en tomo al 15% de las acciones con una venta en condiciones muy ventajosas. Es una forma de hacer más partícipes a los empleados que se está repitiendo en casi todas las compañías (como British Airways, Air France y United Airlines, en este caso tienen el control). Los trabajadores tendrían más representación en el consejo de administración (ahora hay un representante de CC OO y otro de UGT) y participarían en la gestión.

Iberia quiere acabar las negociaciones el sábado 15 de octubre; pero todo parece indicar que tendrá que ampliar el plazo. Los sindicatos son comprensivos con la medida que se propone; pero, mientras UGT y CC 00 piden que las reducciones sean equilibradas (mayor recorte en los colectivos que más cobran) el sindicato de pilotos SEPLA tiene previsto proponer contramedidas de mayor calado.

Este sindicato, que se reúne mañana con los responsables de Iberia, debate internamente en estos días aceptar una reducción del 20% de sus sueldos (el salario medio de un piloto es de 18 millones anuales). Además de comprar acciones y participar en la gestión, parte de los pilotos ponen como condición controlar el proceso de selección de nuevos pilotos, según han reconocido. fuentes cercanas al sindicato. Esto ha supuesto contestaciones dentro mismo del SEPLA, con pilotos que no ven equilibrada la contraprestación. Ese control de contrataciones que actualmente se realiza de facto ha provocado fuertes críticas de los otros sindicatos y no ha podido ser erradicado por la dirección cuando lo ha intentado. Durante el mandato de Narcís Andreu, los pilotos llegaron a paralizar la flota por desacuerdos en el convenio.

Iberia se tienta mucho las ropas ya que tendrá que extrapolar el acuerdo, en las mismas condiciones, a sus filiales españolas. Los argumentos que maneja es que si hay acuerdos de reducción de gastos en Iberia y no en filiales, la compañía matriz se convierte en principal competidora de ellas.

El recorte de salarios más el de plantilla y el plan de reducción de gastos supone un ahorro de 32.300 millones.

La cuantía de la ampliación en principio, es de 125.000 millones, que puede ampliarse si hay acuerdos con socios externos, entre los que podría incorporarse otras compañías aéreas (Iberia tiene acuerdos de colaboración con Lufthansa y United). Pero, le interesa que entren bancos y otros grupos.

Iberia ya recibió autorización para una ampliación de 120.000 millones en 1992 y España se comprometió entonces a no otorgar nuevas ayudas hasta 1996. Sin embargo, se han producido desviaciones. Por ello, se espera que no existan problemas para la autorización. Lo que sí puede exigir Bruselas es que la ampliación se haga- por tramos a objetivos (condicionando cada tramo al cumplimiento del anterior con informe de auditoría, como en el caso de Air France). En Iberia se da por seguro que la ampliación se retrase hasta 1995.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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