Plaza de España
El viernes 16 de septiembre, atravesando nuestra céntrica plaza de España, me convertí en testigo de un curioso espectáculo: se ha instalado un escenario sobre el que, aparentemente, toca un grupo de músicos. Acercándose más, uno puede darse cuenta de que un predicador, de nacionalidad ¿estadounidense?, preside un encuentro religioso, con la generosa colaboración de un traductor simultáneo: "Y yo maldigo el espíritu rojo, maldigo el espíritu de la homosexualidad y el lesbianismo... ". Poco después, el iluminado interroga a su audiencia: "¿Cuántos de vosotros sabéis que si murieseis esta noche subiríais al cielo?". Se alza una docena de manos como respuesta. Entre cánticos y oraciones se practica una serie de curaciones milagrosas, y la comitiva se despide hasta el siguiente día.Si el Ayuntamiento concede su permiso para celebrar estos actos (anunciados días antes con pancartas), ¿por qué marginó el año pasado a una prestigiosa companía de teatro británica considerando "antiestética" la carpa que pretendían montar ¿Prestaría la plaza de España para una congregación racista o nazi si con ello consiguiese aumentar el volumen de sus arcas?-
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