La apertura del portón de proa causó el naufragio del transbordador 'Estonia'
Bengt Erik Stenmark, director de Seguridad Marítima de Suecia, aseguró ayer que la apertura accidental de la compuerta del acceso por proa de los vehículos al transbordador Estonia provocó su hundimiento en la madrugada del pasado miércoles, cuando cubría la travesía entre Tallin y Estocolmo en medio de un fuerte temporal. Unas 900 personas murieron en el accidente. El casco del transbordador pudo ser localizado ayer mediante un sonar.
Las revelaciones de Stenmark confirman la veracidad de testimonios de varios supervivientes, que dijeron haber advertido la existencia de una masa de agua de unos 35 centímetros de altura sobre el suelo del garaje minutos antes de, que sobreviniera el naufragio.La apertura del portalón de proa por el que se accedía al garaje del Estonia provocó la entrada inicial de una enorme masa de agua, que causó la escora del buque. El agua infiltrada anegó después la sala de máquinas y neutralizó los sistemas eléctricos del navío. Posteriormente, los motores quedaron averiados de tal forma que hicieron imposible su maniobra por parte de los pilotos.
Según señaló el responsable sueco de seguridad marítima, el sistema de construcción de las compuertas, generalmente hidraúlicas, presenta fallos que han determinado frecuentes accidentes. Episodios de este tipo, ocurridos en ocasiones anteriores, no tuvieron consecuencias tan graves por lo que fueron silenciados por las compañías navieras.
Ayer mismo se comprobaron deficiencias de ese tipo en las compuertas de uno de los barcos que hacen el servicio regular entre Estocolmo y Helsinki. Los portalones fueron reparados y el buque examinado continuó en servicio.
Estas revelaciones se produjeron casi al tiempo que el buque finlandés Suunta localizaba, a primera hora de la tarde de ayer, el casco del transbordador hundido en el fondo de las aguas del Golfo de Finlandia, en la, costa suroeste del país nórdico. La detección se produjo tras la emisión de un sonar que localizó el buque varado a unos 80 metros de profundidad, cerca de la isla Üto.
Robots submarinos
A bordo del Suunta viajan equipos lectores de imágenes submarinas enviados desde Es tados Unidos y Alemania, que han sido incoporados a las tareas de búsqueda del Estonia. El Suunta va provisto también de robots submarinos y de artefactos sumergibles del tipo Buho marino, provistos de cámaras de televisión. Una vez hallado el casco hundido, estos ingenios inspeccionarán su interior y transmitirán imágenes a los lectores para su interpretación.Entretanto, sigue sin saberse con certeza el número de pasajeros que viajaban en el buque Estonia. Las últimas cifras obtenidas en la tarde de ayer daban cuenta de 140 supervivientes y 85 cadáveres recuperados. Según las autoridades estonias, el total de pasajeros, incluida la tripulación, era de 1.051, en cuyo caso el número de muertos sería superior a los 900.
Este siniestro ha hecho más evidente la necesidad de coordinar internacionalmente las reglas de seguridad marítima, ya que actualmente no ofrecen ninguna garantía porque hay grandes diferencias de un país a otro y porque, en general, no se cumplen.
El presidente de la Asociación de Marinos de Dinamarca, Henrik Berlau, manifestó que "al día siguiente de la catástrofe del Scandinavian Star, en 1990, el ministro de Comunicaciones afirmó que las normas de seguridad serían severamente controladas y durante algún tiempo fue así; pero, después, se abandonaron con el argumento de que otros países no aplican las mismas normas".
La seguridad marítima, así como la preservación del medio ambiente, exigen gastos que la mayor parte de las navieras rehúsan hacer.
Los expertos consideran también, en relación con la catástrofe del miércoles, que Estonia no es un país que se caracterice por aplicar rigurosas medidas de seguridad en el tráfico marítimo. Ahora, todos los países nórdicos parecen dispuestos a hacer cumplir con todo rigor las exigencias en, materia de seguridad. Toivo Ninnas, director general de la naviera propietaria del Estonia presentó ayer su dimisión.
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