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CUMBRE FINANCIERA EN MADRID

Alemania echa por tierra las pretensiones de Camdessus de fortalecer el Fondo Monetario

La conclusión de la conferencia 50 años de Bretton Woods, ayer en Madrid, estuvo cargada de polémica. Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, echó por tierra las pretensiones de Michel Camdessus, director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), de ampliar el poder de esta institución. Tietmeyer cree que el Fondo no debe constituirse como un banco central mundial ni ocuparse del crecimiento y el empleo. Su tarea, dijo, es garantizar la estabilidad monetaria. Camdessus le respondió enfatizando sus propuestas para reforzar el FMI. El ministro Pedro Solbes, que cerró el debate, dejó solo a Tietmeyer al pedir que el FMI recupere influencia en la coordinación de políticas económicas.

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"Los canales oficiales para transferir recursos", afirmó Tietmeyer refieriéndose al FMI y al Banco Mundial, "deben complementar al libre mercado cuando sea necesario, pero nunca intentar sustituirlo". Con críticas como, ésta, Hans Tietmeyer estrenó su participación en la asamblea anual conjunta que ambas instituciones celebran en Madrid. Un día antes de la reunión informal que el G-7 (los siete países más ricos del mundo) mantendrá de forma paralela a estas asambleas, el presidente del Bundesbank dejó claro que Alemania no ve con buenos ojos las pretensiones de Camdessus de dar más protagonismo al FMI en la supervisión financiera internacional. "El FMI debe limitarse a su ya probada capacidad de facilitar 'ayuda al que se ayuda a sí mismo', condicionando cualquier transferencia de recursos al cumplimiento de los programas de ajuste", señaló.En la clausura de la conferencia, Camdessus replicó con contundencia a las críticas de Tietmeyer sobre la ampliación del poder del Fondo. Mientras el presidente del Bundesbank dice que el FMI no debe ocuparse del crecimiento, el máximo responsable del Fondo afirmó que es imprescindible acelerar los efectos expansivos de los programas de crecimiento que el organismo multilateral propone. Camdessus pide un reforzamiento de la capacidad supervisora del Fondo sobre un nuevo sistema monetario internacional, pero Tietmeyer, además de descartar cualquier posible acuerdo de fluctuación de los tipos de cambios de las tres principales divisas (dólar, marco, yen), se niega en rotundo a que éste sea vigilado por el FMI: "En el futuro no hay ninguna posibilidad de crear un banco central mundial ni de convertir al Fondo en una institución semejante", dijo.

Aún más tajante fue el rechazo del presidente del Bundesbank a la nueva emisión de derechos especiales de giro (deg) -el activo de reserva del FMI que compensa la escasez de divisas de los países en desarrollo- que propone Camdessus. "La emisión será contraproducente para nuestro sistema monetario y podría desestabilizarlo en lugar de reforzarlo". Alemania, al igual de Estados Unidos y el Reino Unido, teme el impacto inflacionista de esta emisión propuesta por Camdessus y respaldada por los países pobres, que asciende a 36.000 millones de deg (1 deg equivale a 1,4 dólares). Camdessus, para quien los deg se han convertido en una apuesta política, reiteró su confianza en que el comité interino, que se reúne mañana, apruebe el paquete. El director del FMI ha cifrado en 400.000 millones de dólares las, necesidades de liquidez adicional del mundo para los próximos cinco años y reclama para el Fondo la gestión de un 9% de las mismas.

Tietmeyer es partidario, al igual que sus socios anglosajones, de limitar la emisión a los países que se incorporaron al FMI después de 1981, fundamentalmente el antiguo bloque comunista.

La postura de Camdessus encontró total apoyo en Jacques Larosiére, el anterior director del FMI y actual presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo (BERD). El ministro de Economía español, Pedro Solbes, tras defender en su discurso de clausura una "revitalización" de las instituciones de Bretton Woods, replicó a Tietmeyer ante un grupo de periodistas: "La posición alemana tiene el peso de haber sido expuesta por el presidente del Bundesbank, pero él no es la única persona que debe tomar las decisiones del Fondo y el Banco". El Fondo "debe recuperar la influencia que tenía sobre la coordinación de las políticas económicas de los países más desarrollados", aseguró antes en su discurso.

Solbes, al igual que la intervención de Camdessus, vio interrumpido su discurso por los gritos de un participante del Foro Alternativo -que agrupa a los críticos de las políticas del FMI y el BM- al grito de "¡50 años bastan!", "¡Mentirosos, asesinos!".

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