Datos provisionales de la auditoría del último mandato de Carmen Mestre
La gestión de Carmen Mestre en Cruz Roja Española ha sido polémica hasta el último momento. El borrador de la auditoría de 1993, que acaba de recibir el nuevo, equipo revela gastos sin justificar y un endeudamiento aún mayor con la Seguridad Social. Entre las cuentas no aclaradas destaca el agujero del pabellón de Cruz Roja en la Expo, que asciende a 793 millones de pesetas, dos programas de refugiados, en los que gastó 600 millones más de lo previsto y un endeudamiento con el Estado que ascendía en diciembre pasado a 9.586 millones; 900 más que el año anterior.
El problema del pabellón de la Expo no es sólo que la institución obtuviera un saldo negativo de casi 800 millones de pesetas. Según revela el borrador de la última auditoría de Cruz Roja, realizada por Deloitte & Touche, el pabellón "incurrió en una serie de ingresos y gastos sin que éstos se registraran de acuerdo con procedimientos contables que permitiesen determinar la razonabilidad de los mismos".La parte más importante de los gastos realizados en la Expo 92 fue la construcción del pabellón -826 millones de pesetas-, por lo que en parte se podría amortizar aprovechando dichas instalaciones en Sevilla. Sin embargo, como recoge la propia auditoría, "a la fecha de este informe, los responsables de la institución no tienen definido cuál será el destino final del pabellón".
Entre los gastos del pabellón de la Expo se recogen los honorarios del arquitecto -26 millones-, y los viajes -17,5 millones- Los ingresos sólo fueron de 132 millones de pesetas.
Durante el año 1993, Cruz Roja tuvo, sin embargo, ingresos extraordinarios. No tocó el Gran Premio del Oro, por lo que la institución se embolsó 1.099 millones de pesetas y se vendió el Centro de Quemados, lo que supuso un ingreso de 314 millones de pesetas. No fue suficiente para evitar la acumulación de deudas.
Auditoría paralela
La deuda en concepto de cuotas de la Seguridad Social y del IRPF ha aumentado durante el último año de gestión de Carmen Mestre en 900 millones de pesetas.Otra de las rémoras más importante que Carmen Mestre ha dejado en herencia a la institución es un gasto excesivo en los programas subvencionados por el Estado a través del 0,5% del IRPF de atención a refugiados de 1988 y 1990. En el primero, la Cruz Roja gastó 322 millones de pesetas más del monto total de la subvención concedida al programa por el Ministerio de Asuntos Sociales. El déficit del programa de 1990 alcanzó los 309 millones de pesetas. En total, el déficit es de 432 millones, ya que, en el programa de 1989 el superávit fue de casi 200 millones.
El actual presidente de Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez del Toro, se ha limitado a decir sobre este borrador de la auditoría que estos asuntos están siendo tratados con los auditores en diversas reuniones recientes. "Queremos tener más documentación sobre estos temas tan graves para la institución", dijo Suárez del Toro.
El agujero de la Expo es un asunto reconocido incluso por el equipo de Carmen Mestre. Respecto a las deudas contraídas, Suárez del Toro admite que el débito histórico ronda los 15.000 millones de pesetas.
El presidente de Cruz Roja, que tomó el relevo de Carmen Mestre tras la dimisión de ésta, en mayo pasado, insiste en la necesidad de que el Estado condone esta deuda. "Ahora se ha visto que el presupuesto del Sistema Nacional de Salud ha sido siempre deficitario y el Estado ha tenido que aumentar los presupuestos", dice Suárez del Toro. "Nuestra deuda proviene fundamentales de la red hospitalaria. Si el Estado ha afrontado crisis como la de Banesto, de una envergadura mucho mayor, creo que también puede hacer frente a este problema".
La ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, ordenó una auditoría paralela que aseguró estaría terminada antes de agosto, pero, según informaron en su departamento, está esperando a su comparecencia en el Congreso para darla a conocer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.