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La amenaza del tope salarial

El intento de frenar los ingresos de los jugadores deja a EE UU sin béisbol y hockey

Algo está cambiando en el deporte estadounidense. El país que siempre alardeó de poseer los mejores contratos y de ser el que mejor pagaba a sus estrellas deportivas pretende poner coto a los sueldos. Esta situación provocó a principios del verano un enfrentamiento abierto entre los empresarios de los equipos y los jugadores de la Liga de béisbol que dejó a Estados Unidos sin la competición más potente y más seguida del continente. Ahora él tope salarial amenaza seriamente el inicio de la Liga de baloncesto (NBA) y la de hockey sobre hielo (NHL).La crisis del béisbol adquirió dimensiones insospechadas en Estados Unidos. El mismo presidente Bill Clinton medió para intentar acercar las posiciones. Pero empresarios y jugadores no estaban dispuestos aceder en sus pretensiones. Los jugadores perdieron sólo en una jornada 540 millones de pesetas en salarios. Y una estrella del calibre de Boby Bonilla, del Mets de Nueva York, el mejor pagado de la Liga, dejó de ingresar tres millones de pesetas diarios -cobra 570 anuales-, antes de permitir que los empresarios pusieran freno a sus ingresos.

Muchos americanos permanecieron desolados durante el verano, sin saber exactamente cómo llenar el vacío que provocó la huelga del béisbol. La Liga mueve cada jornada alrededor de 470.000 aficionados en los 28 estadios en que se disputan los encuentros. Algunos diarios analizaron diariamente las pérdidas que suponían cada día de huelga de los jugadores. Todo ello ha provocado incluso la intervención del Senado, en un intento de implantar las leyes antitrust también en el béisbol. Desde 1922 este deporte estaba exento de la ley antitrust. Parece probable que el Congreso acepte esta modificación, que impediría a los propietarios llegar a acuerdos para implantar el tope salarial.

Mientras tanto, el baloncesto (NBA) elabora su propio debate para cerrar filas en torno al mismo tema. Charles Grantham, que dirige la Asociación de Jugadores, mostró recientemente su consternación por el hecho de que sean los propietarios de los equipos quienes impidan a los jugadores saltar a las pistas si no ceden a sus pretensiones de imponer un tope salarial. "Si no llegamos a un acuerdo", han dicho algunos directivos, "la Liga podría suspenderse el día de Acción de Gracias".

Sin embargo, los jugadores de baloncesto no están dispuestos a mantener la norma del tope salarial que fue introducida en 1983. "Se aceptó porque la NBA atravesaba una fuerte crisis económica. Pero ahora goza de una excelente salud y no podemos permitir que se limiten los sueldos", comenta Grantham. Y amenaza a los propietarios de equipos con organizar sus propios partidos al margen de la Liga. "No creo que tuviéramos problemas de demanda. El baloncesto estadounidense cuenta con una gran popularidad internacional". En 1993, Michael Jordan, ex jugador de los Bulls de Chicago, fue el deportista mejor pagado del mundo. Ingresó unos 5.000 millones de pesetas, de los que 500 correspondían a su ficha.

Otra Liga importante, la de hockey sobre hielo (NHL) también ha resultado tocada por la crisis de los topes salariales. La última oferta de los organizadores a los jugadores fue rechazada. El portavoz de los jugadores, Bob Goodenow, indicó: "Es inaceptable. A medida que el tiempo avanza, nuestra postura es aún más dura. No aceptaremos topes". La NHL propuso multar a los equipos que sobrepasaran el salario medio -2.080.000.000 de pesetas en la última temporada- y dedicar el dinero recaudado por este concepto a ayudas a los clubes más débiles económicamente. Los jugadores contestaron que un 5% sobre el exceso bastaba. Las posturas siguen enfrentadas y la Liga difícilmente podrá iniciarse este fin de semana.

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