El Banco Mundial critica el proteccionismo económico "disfrazado" que aplican los países ricos
El reto que debe afrontar ahora Latinoamérica es reducir la pobreza, la principal arma para lograrlo consiste en duplicar el crecimiento económico, el motor no puede ser otro que la inversión, pero todo ello encuentra un freno externo: el proteccionismo de los países ricos, que toma la forma de "protección disfrazada de estandares laborales y medioambientales". Ésta es la opinión que el Banco Mundial, a través de su vicepresidente para América Ladna, Shahid Javed Burki, ysu economista jefe en ese área, Sebastián Edwards, difundió ayer en tres encuentros con la prensa. "Las economías latinoamericanas están en la senda del crecimiento y pueden empezar a seguir los ejemplos de los países de Asia", vaticinó Burki.
"Latinoamérica ha abierto sus economías al resto del mundo de forma unilateral; pero falta reciprocidad, falta que disminuya el proteccionismo en el mundo desarrollado", afirmó Edwards. Lo que ahora ocurre, añadió, es que en lugar de reducir el proteccionismo, los países ricos lo "disfrazan, y bajo el pretexto de proteger el medio ambiente o a los trabajadores impiden la expansión de las economías pobres, como Latinoamérica". Este economista del Banco Mundial concluye que ese intento de proteger a los trabajadores de los países ricos va en contra de los trabajadores más pobres". Su jefe, el vicepresidente del Banco Mundial, Burki criticó poco antes las trabas a la emigración, que aplican los países ricos, pues "la igualdad salarial no se puede lograr mientras haya trabas a la movilidad de la fuerza laboral".El proteccionismo de los países ricos reduce las posibilidades de exportar desde Latinoamérica que, sin embargo y según el Banco Mundial, ha desmantelado sus barreras arancelarias. Edwards recomendó -en un encuentro reservado a periodistas de habla hispana- a los países de América Latina que no confíen mucho en una hipotética ampliación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, Canadá y México a terceros países del área, porque tal cosa, no está claro que vaya a suceder ni que a EE UU le interese".
Pese a este jarro de agua fría, la opinión del Banco Mundial sobre las perspectivas de América Latina es básicamente optimista. Los planes de ajuste pueden darse prácticamente por concluidos y el "reto" ahora es aumentar el crecimiento económico. Los países mejor preparados son, según el vicepresidente del Banco Mundial, los que "ya han estabilizado sus economías", como México, Colombia o Venezuela, mientras que los países de América Central "tienen un largo camino por recorrer A medio camino, pero con muy buenas perspectivas de futuro , el vicepresidente del banco destacó el ejemplo de Brasil y la aplaudió "el plan real" de ajuste y cambio de moneda acometido este año por ese país.
Latinoamérica debe aumentar su tasa de crecimiento, según el Banco Mundial, porque la actual -un 3,5% de media- no es capaz de reducir la pobreza de esos países. El objetivo, según estos responsables del banco, debe ser duplicar esa tasa de cara al año 2000.
Inversión e infraestructuras
El doble de crecimiento requiere el doble de inversiones y buena parte de ellas deben ser en infraestructuras. Para financiarlas hará falta "que el sector privado se involucre con el sector público", que aumente el ahorro y que se refuerze el papel del Estado. Burki destacó que ese papel del Estado ahora falla porque, en muchos casos, "no es capaz de aportar a la población los servicios básicos, de instrumentar las políticas que se propone o incluso de mantener el respeto a la ley y al orden público".
La inversión en educación debe ser la principal arma de los programas sociales, can el objetivo de mejorar su calidad y no sólo de aumentar la cobertura. Para financiar éste y otros programas sociales hará falta un aumento de la recaudación tributaria que debe lograrse haciendo "pagar efectivamente" a los más ricos en lugar de recurrir a incrementos de las tasas impositivas, "que ya son bastante altas".
La inversión en infraestructuras debe ser una política clave de los próximos años en Latinoamérica porque, según las estimaciones del Banco Mundial, "este área requiere una inversión de 60.000 millones de dólares de inversión anual en infraestructuras de aquí al año 200W. Esto, subrayó Edwards, es una inversión de más de 1.000 millones de dólares a la semana, por lo que "hará falta movilizar fondos del ahorro y lograr la participación del sector privado".
El ahorro para financiar esta inversión es claramente insuficiente. Burki, en un encuentro con periodistas mayoritariamente anglosajones, y Edwards, en otro con un público fundamentalmente latinoamericano, coincidieron en dar igual énfasis a la diferencia entre el 20% de tasa de ahorro de América Latina y el más conveniente 34% que registra Asia.
Esta coincidencia de énfasis no se repitió en los restantes aspectos. Los periodistas anglosajones no escucharon las críticas al proteccionismo de los países ricos y en el encuentro con los latinoamericanos no se mencionó la "falta de capacidad" y liderazgo de algunos -no mencionados- Estados de la zona.
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