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Entrevista:

"No uso ordenadores; me basta con un lápiz, un papel y mi cerebro"

El ruso Efim Zelmanov, de 38 años, Medalla Field desde el pasado 3 de agosto, considerada el Premio Nobel de los matemáticos, se encuentra en Asturias en su primera salida al extranjero desde que fue premiado. Nacido en Novosibirsk, la capital de Siberia, Zelmanov se interesó por las matemáticas gracias a sus maestros cuando tenía 13 años y llegó rápidamente a catedrático de álgebra en la universidad de su ciudad natal. En 1990 estuvo un año en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y los tres cursos siguientes en Madison (Wisconsin, Estados Unidos). Desde agosto pasado es catedrático de álgebra en la Universidad de Chicago. Obtuvo la Medalla Field por haber resuelto el problema restringido de Burnside planteado por primera vez en 1902. Su vinculación al equipo que dirige el decano de la facultad de Ciencias de Oviedo y catedrático de álgebra, Santos González Jiménez, es la razón por la que, entre los cientos de invitaciones para visitar universidades extranjeras, se haya decidido por la asturiana.Pregunta. ¿A qué se refiere el problema restringido de Burnside y cómo y por qué decidió abordarlo?

Respuesta. Necesitaríamos ocho años de universidad para centrar en profundidad el tema. Formulado por Burnside es un problema de álgebra en la teoría de grupos, que se resuelve con la ayuda de los modelos algebraicos no asociativos y que hace referencia a la importante noción de simetría. Todos los objetos tienen alguna simetría pero no sabemos cuándo ese grupo es finito. La respuesta es que no es finito pero en muchos casos particulares sí lo es. Desde 1977 investigué alrededor del problema pero sin atacarlo, porque hay que estar seguro de saber algo para intentarlo, después de que mucha gente no tuviera éxito. Una década más tarde ya estaba seguro de saber algo y en año y medio quedó resuelto.

P. ¿Cuál será el próximo problema que intente abordar?

R. Soy un supersticioso y no me gusta hablar de los problemas que creo que puedo resolver. El álgebra siempre será álgebra y siempre habrá problemas por resolver.

P. ¿Está interesado en la interrelación entre las matemáticas y las otras ciencias?

R. Todas las ciencias naturales están muy ligadas entre sí y el progreso de una lleva el de las otras. Las matemáticas aportan un leguaje común y lógico a las demás. Las principales teorías de la física, la biología o la economía tienen una importantísima aportación matemática.

P. ¿Hacia donde se dirige la aplicación práctica de las matemáticas?

R. Cada vez hay más matemáticas en la teoría de códigos de la información. Es muy importante tanto para la criptografía -el mantenimiento del secreto de los datos- como para la transmisión fiable, segura y veraz de los datos que aportan, por ejemplo, los satélites.

P. ¿Se refiere eso también al mundo de las computadoras?

R. Personalmente no uso ordenadores. A mí me basta con el lápiz, un papel y mi cerebro, pero son muy interesantes y útiles para probar los procesos en los que investigas en cada momento. La solución al problema de Burnside es una aportación importante para los técnicos de ordenadores.

P. ¿Cree que la divulgación de los ordenadores, cada vez más baratos y sencillos, puede afectar a la enseñanza?

R. Los ordenadores juegan un papel importante en la vida y deben ser usados en la escuela. Estoy más preocupado por el estilo de enseñar matemáticas, que es cada vez menos demostrativo. Creo que era una buena tradición la enseñanza por demostraciones, pero ha ido desapareciendo, especialmente en Estados Unidos. Eso es peligroso, pero no culpa de los ordenadores.

P. ¿Hay alguna manera de evitar que las matemáticas dejen de resultar antipáticas?

R. En general hay que reconocer que las matemáticas son difíciles. A todas las edades y en todos los países. Siempre plantean dificultades. No creo que se pueda hacer mucho con respecto a esto.

P. Usted procede de una universidad rusa en la que esta disciplina estaba muy desarrollada. ¿Sigue igual después de los cambios habidos?

R. Creo que sí, que la buena escuela científica se mantiene. El sistema se reproduce a sí mismo y tienen que pasar muchos años antes de que pueda ser eliminado, es como una pirámide, si la base es buena da frutos en la cumbre.

P. ¿Está usted satisfecho con el nivel y la investigación de Estados Unidos?

R. Sí, naturalmente, muchos como yo se han ido de la antigua Unión Soviética porque nos ofrecían condiciones bastante mejores.

P. ¿Volvería a investigar y a trabajar en Rusia?

R. No. En Estados Unidos los estudiantes y en general todo el mundo son muy tolerantes y están muy habituados a situaciones como la mía. No volveré a Siberia.

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