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Ofensiva militar turca contra los rebeldes kurdos en la provincia de Tunceli

Helicópteros artillados del Ejército turco barren por cuarto día consecutivo las montañas de Munzur, en la oriental provincia de Tunceli, para acabar con unos 3.000 rebeldes kurdos que suponen han tomado refugio en esas montañas. Testigos presenciales aseguran que en la ofensiva desatada para capturar a los jefes provinciales del ilegal y separatista Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) participan helicópteros Super Cobra, que disparan misiles y que son apoyados por los Sikorsky, de fabricación norteamericana.Mientras, en la ciudad de Genç, de la provincia de Bingol, también enclavada en el sureste del país donde Ejército y guerrilla libran una guerra sin cuartel desde hace 10 años, cinco niños murieron al estallarles una granada encontrada en el jardín de una casa.

Fuentes diplomáticas consideran que la ofensiva en Tunceli obedece a un intento de dar cuerpo a las recientes declaraciones de la primera ministra, Tansu Çiller, y otros altos funcionarios turcos de que Ankara ha logrado finalmente liberarse del PKK. Cerca de 13.000 personas han muerto en esta década de enfrentamientos, y miles de campesinos kurdos han sido desplazados desde el campo a las ciudades para impedir su supuesta colaboración con los rebeldes.

Civiles confundidos

La actual operación, a pesar de su aparatosidad, no parece, sin embargo, haber causado muchas víctimas. Según los residentes locales, han muerto 10 guerrilleros del PKK, tres soldados y tres civiles. Al parecer, los tres civiles fueron confundidos con miembros del PKK y, aunque oficialmente no se ha confirmado que fueron muertos por el Ejército en el cercano pueblo de Gokcek, así se afirma. En ese mismo enfrentamiento murieron seis insurgentes y un oficial.Cuatro de los rebeldes muertos durante el ataque a un convoy militar en una de las principales carreteras de la provincia, cerca del pueblo de Kasiler. Dos soldados murieron en esa emboscada.

También fueron incendiadas seis aldeas pero nadie se ha hecho responsable de haber desatado el fuego, una técnica utilizada por las fuerzas militares y secretas para forzar el traslado de los aldeanos a las ciudades donde pueden ser vigilados mejor.

Fuentes militares consideran que el comandante regional de la guerrilla, Semdin Sakik, continúa escondido en las montañas de Munzur y, hasta el momento, ha logrado esquivar los disparos de los helicópteros. Sakik esta acusado de haber perpetrado numerosos ataques sangrientos contra objetivos militares y civiles. Las fuentes no descartan que para permitir la fuga de Sakik, otros miembros provinciales del PKK realicen ataques en los más diversos puntos de Tunceli con el objetivo de obligar al Ejército a dispersarse y poner su atención y el grueso del fuego en otras zonas. Añaden que cuando Sakik, también conocido como Zeki el sin Dedos, fue nombrado recientemente jefe de la zona norte de Kurdistán, un área que incluye a cinco provincias del sureste turco, entre ellas Tunceli, se destinaron 5.000 expertos militares en montaña a su captura, pero no la lograron.

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