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FÚTBOL INTERNACIONAL

Holanda y Bélgica se unen para la Eurocopa 2000

La sede conjunta encuentra cierta resistencia política y deportiva

Hoy finaliza el plazo de presentación de candidaturas para la fase final de la Eurocopa del año 2000. El único expediente presentado rompe con la historia: Holanda y Bélgica se proponen como anfitriones conjuntos.En el pasado, la UEFA se ha opuesto a semejantes propuestas procedentes de Escandinavia y aún se reserva unos más o menos discretos recelos sobre el proyecto resumidos en una frase de su presidente, Lennart Johansson: "Si Italia quiere ser candidata, por el momento sólo tiene que declarar sus intenciones". Es decir, se acepta la candidatura de Holanda-Bélgica, pero se lamenta que sea la única.

El expediente presentado por belgas y holandeses es muy completo y convincente. Pero existe cierta resistencia política y deportiva. Joáo Havelange, al ser reelegido presidente de la FIFA tras algunas escaramuzas con los europeos, aprovechó su discurso para lanzar dardos al concepto de la organización compartida. Alegó que había realizado una serie de preguntas sobre la organización, la seguridad y las finanzas, y que nadie había sabido dar respuestas. El documento da respuestas, pero nadie quiere que una defectuosa organización dé más municiones a los francotiradores de la FIFA.

Además, se trata de Bélgica. A raíz de las responsabilidades exigidas después de la tragedia del estadio Heysel en 1985, las relaciones entre la UEFA y los estamentos oficiales en Bélgica tocaron fondo. Se llegó hasta el extremo de amenazar con retirar a los belgas el derecho a organizar partidos internacionales. Michel D'Hooghe ha sido uno de los arquitectos clave en la reparación de puentes entre Bruselas y Berna, y la elaboración del proyecto conjunto. El presidente de la federación belga no es un hombre de alto perfil, pero es un dirigente inteligente que, para algunos, es futuro candidato a la presidencia de la FIFA.

Deportivamente, las reticencias se centran en la clasificación automática de dos países anfitriones, dejando 14 plazas para rifar entre unas 46 selecciones, la mayoría de las cuales se encontrarían en grupos de siete equipos y, por lo tanto, 12 partidos clasificatorios si la UEFA no encuentra alternativas.

También preocupa la falta de grandes escenarios. Holanda ofrece el nuevo estadio del Ajax, que se prevé acabar en 1996, y los terrenos del Feyenoord (con un aforo para 51.000 personas) el PSV Eindhoven (27.000) y el Vitesse, basándose en la ampliación de su estadio en Arnhem (13.000 en la actualidad).

Bélgica también carece de grandes estadios. La joya, irónicamente, será el nuevo estadio Heysel, que se inaugurará el 23 de agosto de 1995 coincidiendo con el centenario de la federación belga. Pero, ante el deseo de la UEFA de contar con campos de capacidad superior a las 30.000 plazas, la liga belga brinda cifras inferiores. El Anderlecht ofrece 28.063 plazas, y las 18.021 del estadio del otro equipo puntero, el Brujas, son superadas por el Amberes (20.000), el Standard (23.298) y el Charleroi (24.500). Así, una de las virtudes de la candidatura -su accesibilidad- puede ser anulada por la falta de butacas.

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