Sáenz y Merodio sanean el activo
El cambio en la cúpula de Banesto -participado mayoritariamente por el Banco de Santander- ha sido decisivo en la presentación de la demanda contra el antiguo cliente del banco, Pedro Olabarría.El financiero, que controla un entramado de más de 20 sociedades a través de sus patrimoniales Minaica y Crefica, se entrevistó antes del verano con el presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, y con el directivo José Ángel Merodio para atender la reclamación de deuda efectuada por el banco, según han informado a este diario medios de la acusación.
Sáenz y Merodio conocen bien al ingeniero Pedro Olabarría Delclaux. Por su origen vasco, los directivos de Banesto tienen alguna relación con el núcleo patrimonial Delcaux, con una amplia tradición empresarial en el sector metalúrgico.
Pero además, Sáenz, como ex presidente de Banca Catalana, y Merodio, en tanto que ex consejero delegado de la misma entidad, están al tanto de la trayectoria desarrollada por el financiero en Barcelona.
Olabarría se negó a satisfacer estos créditos aduciendo que él "no es más que un accionista de Harry Walker y que la empresa está gestionada por un administrador único explicó a este diario su defensor.
Por su parte, el empresario Lorenzo Rosal reconoció ante el juez su vinculación con el Grupo Olabarría. Rosal, expresidente de Harry Walker y ex consejero de la extinguida Garriga y Nogués -ex filial de Banesto en Cataluña-, declaró el pasado domingo acompañado por una letrada del bufete del abogado Joan Piqué Vidal.
El conocido penalista conoce el origen del largo contencioso entre Banesto y Harry Walker, cuyo último capítulo se resume ahora en la querella presentada por la entidad.
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