_
_
_
_
_

El Gobierno pide ayuda a Aznar para que el primer Defensor del Pueblo Europeo sea un español

El Gobierno y el PSOE han pedido ayuda al partido Popular (PP) para que el primer Defensor del Pueblo Europeo sea un español, Álvaro Gil-Robles, que ya ocupó un cargo similar, pero a nivel nacional. Con este propósito, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, viene manteniendo contactos regulares desde el 28 de agosto con el presidente del PP, José María Aznar, y el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Joaquín Almunia, hace otro tanto con su homólogo popular, Rodrigo Rato, según indican fuentes diplomáticas y de ambos partidos políticos.

Más información
Nunca se defiende a gusto de todos

El Ejecutivo ha iniciado una verdadera carrera contrarreloj para lograr, con la colaboración de los populares, colocar por lo menos a un español en un cargo relevante en una de las instituciones europeas creadas por el Tratado de Maastricht. Aunque tardía, la movilización del Gobierno, a través de Solana, está siendo intensa.El 23 de septiembre expira el plazo para la presentación de candidatos a Defensor del Pueblo Europeo, una figura prevista por el Tratado de Maastricht y que debe ser elegida el mes próximo por el Pleno del Parlamento Europeo a propuesta de la Comisión de Peticiones de la Eurocámara después de haber escuchado, el 6 y 7 de octubre, a los aspirantes al cargo. La paternidad de la institución corresponde al presidente Felipe González, que la propuso por escrito en mayo de 1990.

Para ser candidato basta con obtener la firma de 26 eurodiputados. Los europarlamentarios socialistas españoles podrían fácilmente cosechar estas rúbricas en apoyo a Gil-Robles en el seno de su grupo en la Asamblea de Estrasburgo, pero desean que la eventual candidatura española trascienda las ideologías y obtenga el respaldo de los populares y de Izquierda Unida. Creen que un candidato de consenso tendrá además más posibilidades de resultar elegido.

Para lograr las firmas y los votos de los eurodiputados populares, Solana llamó por teléfono el 28 de agosto a Aznar, justo antes de que el líder del PP viajase a Bonn, para entrevistarse con el canciller Helmut Kohl, y desde entonces ambos han mantenido otros contactos telefónicos y personales rodeados de una gran discreción.

El jefe de la diplomacia española quiere evitar a toda costa dar la impresión de que el Ejecutivo interfiere en un asunto, en teoría, estrictamente parlamentario, aunque otros Gobiernos europeos, como el alemán, no han tenido reparos en hacer lobby a favor de sus hombres para el cargo de Defensor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Además de tocarle la fibra patriótica, Solana ha empleado otros argumentos para intentar convencer a Aznar. Le recordó, por ejemplo, que los eurodiputados socialistas españoles rompieron en julio la disciplina de su grupo en Estrasburgo y votaron a favor de la investidura de un democristiano, el luxemburgués Jacques Santer, como presidente de la próxima Comisión Europea. El PP forma parte en la Eurocámara del Grupo Popular Europeo (democristiano).

Para Solana es tanto más importante sacar adelante la candidatura de Gil-Robles por cuanto la diplomacia española no ha obtenido muchos éxitos en el reparto de cargos de nueva creación, si se exceptúa la dirección de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Su derrota más llamativa la sufrió al intentar que Francisco Fernández Fábregas dirigiese desde el Consejo de Ministros de la Unión Europea la política exterior y de seguridad común.

Entre los temas a tratar en las próximas conversaciones telefónicas entre González y Kohl está también previsto que se aborde la designación del Defensor del Pueblo Europeo. Paralelamente a Solana, Joaquín Almunia ha mantenido varios contactos con el portavoz popular en el Congreso. Cuando falta menos de una semana para que se cierre el plazo de la presentación de candidaturas, el PP sigue, sin embargo, dilatando su respuesta a la apremiante solicitud del ministro, según fuentes socialistas.

En el entorno inmediato de Aznar se asegura, en cambio que el presidente popular ha dado una contestación clara, "consistente en supeditar su apo yo a Gil-Robles al cierre del capítulo institucional", es decir, el acuerdo con el Gobierno para la renovación de cuatro instituciones nacionales (Consejo General del Poder judicial, Consejo de. Administración de RTVE, Consejo de Universidades y Defensor del Pueblo). "La pelota está pues en el tejado de la Moncloa afirma un colaborador de Aznar.

El estancamiento que atraviesa el llamado impulso democrático hace prever que, en definitiva, el PP no secundará a Gil-Robles. Si es así, lo más probable es que el Gobierno disuada al Grupo Socialista español de presentar un candidato, a pesar de que, después de haber barajado el nombre de Juan María Bandrés, Izquierda Unida estaba dispuesta a hacer causa común en torno a Gil-Robles.

Entre algunos eurodiputados populares se indica, sin embargo, que hay una razón adicional para no respaldar al hombre propuesto por el Gobierno para Defensor. En el marco del Grupo Popular Europeo (democristiano), los parlamentarios españoles han adquirido el compromiso de otorgar sus sufragios a un correligionario suyo alemán, Siegbert Alber, eurodiputado y ex vicepresidente de la Eurocámara, que cuenta con el patrocinio de Kohl.

Los alemanes son los que más cargos han arrebatado recientemente en las instituciones europeas, empezando por el Parlamento, donde además de la presidencia encabezan la Comisión de Presupuestos, la más importante de todas.

Alber sería el más serio adversario de Gil-Robles, si se presenta. Tendría además otros dos rivales de mucho menos peso procedentes de las filas socialistas: la eurodiputada francesa Marle Claude Vayssade y el británico Christopher Brodt.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_