Sarajevo no perdona a los desertores
Los veteranos soldados bosnios se rebelan contra el proyecto de amnistiar a los prófugos
"Lo que deben hacer es llevarlos al frente, en vez de dejar que vuelvan aquí con su dinero a abrir un bar". Emir, de 70 años, un ex soldado que mata su soledad en una de las asociaciones de veteranos de Sarajevo, vocea su indignación ante el proyecto del Gobierno bosnio de amnistiar a todos aquellos que huyeron del país para librarse del reclutamiento militar y de la guerra.El malestar que refleja Emir es mucho más acusado entre los jóvenes que han estado en los frentes de batalla bosnios, que se consideran directamente agraviados por una medida que, de cumplirse el calendario gubernamental, podría entrar en vigor en un par de meses. "Mi opinión personal es que la medida puede molestar a quienes han hecho la guerra y no sólo a los soldados", dice Sead Hodzie, secretario del Ministerio de Justicia y encargado de su redacción, "pero por motivos políticos, sociales y de puro pragmatismo es necesario aprobar esta amnistía".
Desde que comenzó la guerra en Bosnia, hace más de dos años, aproximadamente, un millón de personas ha abandonado el país. La mayoría lo hizo para salvar su vida o tras ser liberados de los campos de concentración serbios, pero de entre los que evadieron el reclutamiento una buena parte son profesionales preparados a los que el país necesita ahora para salir adelante. Según el Gobierno, muchos de ellos, que han alcanzado en otros países las condiciones de refugiados, volverían a trabajar a Bosnia si se eliminan las disposiciones legales que ahora les hacen directamente reos de cárcel.
Sead Hodzic asegura que el proyecto tiene ya el visto bueno de la cúpula militar bosnia y que, en ningún caso, se trata de perdonar a los delincuentes. "La amnistía será para quienes intentaron evadir el Ejército o la Defensa Civil, para quienes huyeron estando ya en las Fuerzas Armadas y para los bosnios que se vieron alistados en ejércitos enemigos".
La última precisión es una referencia a las tropas croatas, al otro lado de las trincheras hasta hace pocos meses y ahora teóricamente aliadas en las federación croata-musulmana impulsada por Washington. La federación entre los dos antiguos enemigos no acaba de arrancar, según reconoce el propio Gobierno de Sarajevo y vaticinaron muchos. Hay océanos de palabras y largos discursos, pero no existen instituciones eficaces comunes ni la voluntad política de impulsarlas. El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, ha viajado a Zagreb para discutir con Franjo Tudjman la vigorización de este matrimonio forzoso.
Los impulsos de la ley que perdonará a los tránsfugas bosnios la justifican también con argumentos más amplios: "No sólo es que necesitemos a la gente preparada que huyó para fibrarse de las armas, cuyo numero, por otra parte desconocemos. Es que es necesario que los ciudadanos perciban la instauración de un cierto ambiente de tolerancia; las democracias conceden amnistías, entre otras razones, para demostrar que lo son", asegura Hodzic.
Este punto de vista, sin embargo, no parece impresionar mucho a quienes en la treintena, como Mehmet, harto de guerra, lleva más de dos años vistiendo un uniforme. "Los que vengan", asegura, "traerán dinero ahorrado, el que no tenemos nosotros, para conseguir que digan que han luchado
Desde el Gobierno se cree que muchos de los que vuelvan acogiéndose a la amnistía irán ahora al frente. "Los que regresen a Bosnia tendrán que ir al Ejército o a Defensa Civil, aunque estarán exentos de hacerlo durante los primeros seis meses", aseguran en el Ministerio de Justicia.
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