El riesgo de cambio climático es real, firma el comité científico de la ONU
El informe se enviará a todos los Gobiernos
El riesgo de que la Tierra se recaliente debido a las emisiones de gases de efecto invernadero es real, confirmaron ayer los científicos encargados por la NU de evaluar el riesgo de cambio climático. En su nuevo informe el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), reunido en Maastricht (Holanda), rebate, sin citarlos, estudios hechos públicos en los últimos meses por algunos científicos y meteorólogos que ponen en duda los datos utilizados por la ONU para evaluar el aumento de las temperaturas medias en la Tierra.
Aunque los científicos nunca han relacionado todavía directamente el aumento de temperaturas que se ha observado en el último siglo -unos 0,6 grados de media- con los prolegómenos de un cambio climático debido a la actividad industrial, varios estudios han puesto en duda en los últimos meses incluso que se haya producido este aumento de las temperaturas.Por eso, y porque el Tratado sobre Cambios Climáticos, firmado en la Cumbre de la Tierra en 1992, prevé que se tomen medidas para estabilizar en el año 2000 las emisiones de gases de efecto invernadero en los niveles de 1990, el IPCC ha hecho público un Informe Especial para que los Gobiernos sepan a qué atenerse. El informe se adelanta a uno más completo, previsto para finales de 1995 y servirá para la primera reunión de los países firmantes del tratado en , que tendrá lugar en Berlín en marzo de 1995. Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono, el metano' y el óxido nitroso.
El informe de esta red de científicos y técnicos concluye que el consenso científico establecido en 1990 sobre los fundamentos de la climatología aún sigue siendo válido, lo que implica que la emisiones de gases de efecto invernadero debidas al hombre son, en efecto, la principal causa de que la capacidad de la atmósfera para absorber y emitir energía esté cambiando. Las variaciones debidas a los volcanes y al Sol se consideran poco significativas a largo plazo.
Aumento del nivel del mar
El IPCC estableció inicialmente el consenso científico sobre el cambio climático con su Primer Informe de Evaluación de 1990. Entonces, señaló que si se mantiene el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento estimado de la temperatura media de la atmósfera baja terrestre oscilaría entre 2º y 4º centígrados antes del fin del próximo siglo.
También concluyó que otras probables consecuencias serían el aumento del nivel de los mares, cambios en las características meteorológicas y de las tormentas, y condiciones de suelos más secos en algunas áreas esenciales. Estos efectos podrían tener serias repercusiones para la agricultura, la salud, los suministros de agua, la gente pobre y otras comunidades vulnerables y los ecosistemas naturales.
El nuevo informe se basa en la información más actualizada disponible, afirman sus autores. "Esta nueva evaluación es. importante, ya que confirma nuestros conocimientos básicos sobre cómo funciona el clima", afirma John Houghton, destacado climatólogo británico y copresidente del grupo de trabajo que redactó el informe. "Nos da una mayor confianza en nuestros modelos y ayuda a colocar unas piezas más en el rompecabezas climático". Después de volver a analizar la importancia relativa de los diversos gases de efecto invernadero, el IPCC ha corregido al alza el efecto de calentamiento del metano. Las fuentes de emisión de ese gas son los vertederos, el ganado, las pérdidas en los gasoductos y los arrozales.
Oscilaciones
En el informe también se constata que la tendencia ascendente de las emanaciones de dióxido de carbono y metano disminuyó o se estabilizó desde 1991 hasta mediados de 1993. No obstante, hacia fines de 1993 los índices de concentración de dióxido de carbono habían aumentado otra vez. Tales retrasos transitorios han ocurrido antes, aunque los científicos no están seguros de las causas que los provocan.
La evaluación actual incluye los cálculos más recientes que reflejan que para estabilizar las, concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono al doble de los niveles de hoy en día, las futuras emanaciones causadas por el hombre deberían quedar por debajo de los niveles de 1990.
El informe también evalúa por primera vez el efecto de enfriamiento debido a los aerosoles (pequeñísimas partículas aerotransportadas), que los incendios forestales y la quema de vegetales liberan en el aire y cuyo efecto puede ocultar transitoriamente, como sucedió con la erupción del volcán Pinatubo, el calentamiento global.
España y Europa no saben
Aunque ha firmado y ratificado el Tratado de Cambios Climáticos, que entró en vigor el pasado 21 de marzo, Europa todavía no ha decidido de qué forma va a lograr una estabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero, que proceden en su mayor parte de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. El tratado establece que los países o grupos de países (como la Unión Europea) firmantes emitan a la atmósfera en el año 2000 la misma cantidad de dióxido de carbono que en 1990.En España el Plan Energético Nacional prevé para esa fecha que se produzcan emisiones superiores en un 25% a las de 1991.
La UE estudia medidas fiscales para lograr la limitación de las emisiones, como impuestos específicos o generales. España' es favorable al impuesto, siempre que sea escalonada o basada en un índice, de forma que se tengan en cuenta las enormes diferencias existentes entre los países miembros en cuanto a los niveles de emisión de C02, ya que España emite, por ejemplo, por habitante la mitad que Alemania.
Por lo pronto está a punto de cumplirse -el 21 de septiembre- el plazo para que los países que han ratificado el tratado presenten un informe ante la ONU sobre sus planes para poder cumplir los compromisos ,contraídos. Japón acaba de anunciar que no podrá hacerlo. Sus planes indican que en 2000 emitirá un 3% más de C02 que en 1990.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.