En defensa de los abogados laboralistas
En el número del 22 de agosto pasado de la revista Tiempo, en su página 30, se recogen unas desafortunadas manifestaciones de Pablo Castellano sobre el congreso del PSOE de Suresnes, celebrado en 61 verano del año 1974; cuando se refiere a Felipe González y dice que "no era nadie, un abogado laboralista y nada más". Estas clasistas, injustas y despectivas manifestaciones son las que me obligan, en mi condición de uno de los más antiguos abogados laboralistas de España, a pronunciarme sobre la labor de los mismos. Pablo Castellano, como luchador demócrata, debería saber que el colectivo de abogados laboralistas de los años setenta estaba formado por licenciados en Derecho que al término de la carrera elegimos esta opción, la menos retribuida económicamente de todas las salidas de la carrera, por nuestras ideas políticas, para defender y dignificar a la clase trabajadora. La aparición de los abogados laboralistas significó un cambio radical en el mundo laboral. Recuerdo que en algunas magistraturas de Trabajo no existían togas porque no se celebraban los juicios orales, y se realizaba el acto del jucio en la secretaría de la Magistratura de Trabajo. Nuestra presencia y lucha acabó con esta corruptela. La labor de los abogados laboralistas de aquellos años, además de la asistencia como letrados en los juicios, consistía en informar a los trabajadores de sus derechos, en asistir como asesores a los primeros convenios colectivos que se tramitaron, en los sindicatos verticales, en promover y ayudar en los conflictos colectivos que intentábamos convertir en huelgas, como una de las pocas armas de defensa de los trabajadores, y en argumentar, y explicar a nuestros clientes lo que era la democracia y los sindicatos de clase; además de la defensa ante el Tribunal de Orden Público de los trabajadores detenidos por motivos políticos o sindicales (reuniones ilegales, asociación ilícita, manifestaciones, propaganda ilegal, etcétera).Visto desde ahora, tengo que decir que los abogados laboralistas de aquellos "nefastos años para el pueblo español" y los que se fueron integrando en el colectivo hasta nuestros días hemos sido parte importante en la lucha de la defensa de la clase, obrera.Nuestro colectivo, unido a la labor de algunos magistrados e inspectores de trabajo, y la savia nueva que se incorporó a las cátedras de Derecho del Trabajo en la Universidad conseguimos que el Derecho del Trabajo se convirtiera en una de las ramas más importantes del ordenamiento jurídico.
La importancia de nuestra labor está probada por el papel que desempeñamos en el nacimiento de CC OO y en el resurgir de UGT, en las persecuciones permanentes que sufrimos de la brigada político-social y por el odio que los facinerosos fascistas del sindicato vertical siempre nos mostraron y que culminó en la triste matanza de Atocha. Yo creo que el amigo Pablo Castellano, cuando se refiera al Felipe González de Suresnes, debe decir que su prestigió personal "estaba acreditado por pertenecer al noble colectivo de los abogados laboralistas de aquella época". Abogado laboralista.
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