Una joven sale despedida de un artefacto del Parque de Atracciones
Lo que le gusta a Emma Sanz, de 21 años, son los riscos y el aire libre. El pasado fin de semana se subió al pico Almanzor, en la sierra de Gredos, con su padre y sus tres hermanos. El martes pasado se subió a todos los ingenios que pudo en el Parque de Atracciones y de uno de ellos, las sillas voladoras, salió volando, precisamente. Un árbol amortiguó la caída, y el aterrizaje forzoso ocurrió más o menos de pie. El resultado es que Emma, que tanto ama la montaña, está encarnada con un esguince en el tobillo derecho, dos vértebras fracturadas y el intestino algo tocado: la tienen que alimentar con una sonda que se introduce en su nariz y con un gotero.La chica reconoce, inmóvil desde su cama del hospital Doce de Octubre, que ella y sus amigos iban dándose la mano y empujándose desde las sillas (una suerte de tiovivo de cuyas cadenas cuelgan los asientos). Notó cómo se escurría bajo las barras protectoras. "En segundos me quedé con los codos en la barra, no pude sujetarme, atravesé unos árboles y caí al suelo
De su esfuerzo en sujetarse con los brazos dan fe unos grandes moratones.
El Parque de Atracciones niega cualquier fallo mecánico y culpa a la chica de moverse cuando la máquina estaba en funcionamiento.
PASA A LA PÁGINA 4
Emma se ha roto dos vértebras
VIENE DE LA PÁGINA 1 Ayer Emina comía de una curiosa manera: leche inyectada en la sonda que baja por la nariz hasta el estómago. Y agua después: "Está fría", se quejaba ella. Sus intestinos se han paralizado tras el golpe.
Ayer por la tarde llegaron tres chavales, amigos de su barrio, Carabanchel. Después de acercarse uno por uno a la cama dijeron en el pasillo: "Hoy está más animada, pero ha estado mal", decían.
Sobre la repisa de la ventana hay muñecos de trapo y una postal en la que firman Luis, Pedro, José... muchos nombres masculinos. Le, han puesto a la vera de la cama tres fotografías y un panegírico sobre la sonrisa. Emma, que ha terminado Informática, quiere ser maestra. Pone en el casete portátil a Vivaldi por las noches. Pero el dolor de espalda no le deja dormir. Se ha roto dos vértebras. Dice que nunca volverá al Parque de Atracciones, un lugar que escogieron este año para citarse la docena de amigos que veranean en el mismo pueblo, pero que en Madrid no se suelen ver.
"Dijo el médico que casi te habías vuelto a bautizar", comentaba la madre.
"Me quedan a mí 70 años más", contesta Emma de buen humor.
"Como a esa señora que tiene más de 90", sigue la madre de Emma. La anciana que comparte habitación con la joven tiene la cadera fracturada, está un poco sorda y es muy divertida, según los presentes.
El Parque de Atracciones, a través de una portavoz, asegura que este aparato, llamado las sillas voladoras, de unos tres metros de altura, se instaló en 1989, y que ha pasado todas las revisiones periódicas pertinentes.
"Descartamos totalmente cualquier fallo mecánico", respondía el portavoz, y que nadie ha resultado herido. "En la atracción se recomienda no jugar. Ella no estaba sentada correctamente y lo ha reconocido". Los padres de Emma han denunciado al Parque de Atracciones.
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