Protección de datos y negocio

El domingo 21 de agosto, después de tres semanas de vacaciones, regresé a mi domicilio en Madrid probablemente una semana antes de lo esperado por la Caja Postal.Vacié el buzón y al día siguiente, lunes, recogí una "comunicación al cliente" de la citada entidad bancaria, donde tengo una cuenta corriente, que comenzaba:

"En aplicación de la Ley 5/92 sobre protección de datos de carácter personal, le participamos que dichos datos podrán ser cedidos a cualesquiera de las entidades pertenecientes al grupo Argentaria, salvo instrucciones suyas en contrario antes de 15 días",

No sé si la mencionada ley ampara este tipo de invasión de mi intimidad, "salvo instrucciones mías en contrario". Imagino que sí, que los juristas de la Caja Postal la habrán estudiado y habrán descubierto que pueden traficar con mis datos personales a, no ser que yo me oponga expresamente a ello en un plazo de tiempo fijado unilateralmente por la propia caja. Hasta ahora pensaba que debería ser el ciudadano quien tendría que dar su conformidad por escrito, pero debo de estar equivocado.

Supongo que los 15 días rigen desde la fecha de la carta, 13 de agosto, y no desde la fecha de recepción, de la que no hay constancia al no ser certificada. Es decir, que el plazo que graciosamente me concede la caja empieza y acaba en agosto, cuando es más probable que me encuentre fuera de mi domicilio.

Eso sí, la misiva finaliza con una frase que pretende ser tranquilizadora, incluso de trámite: "Esta cesión no tendrá otra finalidad que la de realizar las actividades legítimas propias del grupo Argentaria". A mí, sin embargo-, me pareció inquietante