Poblemáticas del tren
Jocelyn y Bernabé son mu europeos pa toas sus cosas, (pues vivieron muchos años en Perpiñán cuando Franco mayormente por revolucionario), y como son mu europeos y además tienen descueto, pues han vuelto en tren, y se han librao del atasco. Y deseguida me llamó mí amiga, y me dió el parte: te ha salío otra gotera en el dormitorio, porque a la Trini se le taponó el desagüe de la lavadora, los geranios bien, eso sí, nos asustamos mucho por un atufe rnu grande, pero eran unas pechugas de pollo que había dejao a descongelar tu Oscar Luis, y luego se fue de fin de semana sin hacerlas, qué cabeza, dile algo. Bueno, hija, le diré algo, pero tú verás lo que les importa ahora a los nenes echar a perder unas pechugas, por cierto... ¿y el viaje en tren?Y me dijo que ya no es lo que era, yo no viajo desde que vino a Madrid en aquéllas terceras que se astillaban con los acidentes, ahora hay más confor, pero menos solaridá, van menos quintos, que eran tan majos anque el uniforme les oliese a cuesco reconcentrao, tampoco viaja el de la tira de cartas que sorteaba caramelos y sospresas, y ya no se ofrece toritilla, ¿ustedes gustan?, que aproveche. Pero hay poblemáticas de siempre que no se arreglan, verbigracia los servicios que siguen estando de espaldas al pueblo y mayormente de la mujer, pues son unisex, y llega el hombre y se conoce que con el tracatrá del tren mueve su aparatito como el hisopo del señor obispo, con perdón por la comparación, y hace una barrida de orines que lo dejan imposible pal sexo débil. Y de la que te quieres sujetar pa aliviarte sin sentarte en el posavasos, que ni lo levantan los cochinos, ves que no hay un asa enfrente, ques donde debe estar, sino al lao del inodoro, o sea, pa que se sujeten ellos, que lo hacen cómodamente depiés y de frente, y no pa nosotras que tenemos que mirar pal otro lado y hacer malabarismos pa no mancharnos ni contaminarnos al respetive.
Ya se que no es mu fino hablar de eso, pero a ver si se nota en eso que la que manda los trenes es una mujer, leñe, que parece que no fuera nunca al servicio. Por cierto, añadió Jocelyn, que si a la Mercé Sala le gusta enredar con su Renfe, que se deje de maquinista y se ponga de portamaletas, que hacen mucha más falta, pues al llegar no había ni un mozo ni un carrito. Ya ven, tó un verano cargando con las tareas del hogar pa tener que acarrear también las maletas por la estación. Que eso no nos mejora el tren de vida, Merche.
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