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Los españoles defraudan a Hacienda tres millones de pesetas cada año, el 5,5% del PIB

Unos tres billones de pesetas al año -más o menos, la cifira de déficit público- se dejan de pagar a Hacienda cada año, según los datos desvelados ayer por el presidente del Instituto de Estudios Fiscales, Juan Antonio Garde Roca. De ellos, 450.000 millones corresponden al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). El fraude fiscal representa, por tanto, en tomo a un 5,5% del PIB según el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda. En otros países del área occidental, como Estados Unidos, Canadá, Francia o Reino Unido, este porcentaje es del 3%.

Las cifras, adelantadas ayer en Santander en el primer día del curso sobre Evasión y fraude fiscal organizado por la Universidad Menéndez Pelayo y dirigido por el catedrático Jaime García Añoveros, son lo suficientemente elocuentes. En España entre cinco y seis pesetas de cada 100 (5,5% del PIB) que el fisco debería recaudar a través de todos los impuestos estatales, se quedan en el bolsillo de los que no declaran todos los ingresos y, por tanto, defraudan.En total, no se pagan, al declararse los ingresos correspondientes, unos tres billones de pesetas, cantidad similar a la del déficit público no financiero del Estado. Dicho de otra forma, si todo el mundo cumpliera se acabaría con uno de los problemas más importantes de la economía española, junto al del desempleo.

La clasificación

La cifra estimada de fraude se obtiene mediante la comparación entre los datos que arrojan las declaraciones de impuestos y los que reflejan la contabilidad nacional.

Por tipos de impuestos, el mayor volumen de fraude se encuentra en el impuesto sobre el valor añadido (IVA) -450.000 millones de pesetas, el 0,9% del PIB-, seguido de los impuestos que gravan los rendimientos de actividades empresariales y profesionales (personas fisicas), impuesto de sociedades, operaciones internacionales, rentas del capital e impuestos especiales. En las rentas del trabajo dependientes, prácticamente no existe fraude.

A pesar de estas cifras, el presidente del Instituto de Estudios Fiscales, organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, dijo que "desde el año 1977 [primera gran reforma fiscal] el cumplimiento de las obligaciones tributarias ha crecido de forma notable".

Por ejemplo, en el IVA ha bajado poco a poco el porcentaje que sobre el PIB representan las operaciones que no se declaran a Hacienda. Según un estudio del Instituto, que amplía otro anterior sobre el fraude en el IVA, en el año 1987 este porcentaje de rentas ocultas representaba el 20,7% del PIB.

En el año 1992, el 19,2%. Entre medias, en el año 1991 el porcentaje subió al 21,1%, precisamente cuando se extendió la utilización de facturas falsas.

Para Garde, el objetivo ahora es que la tendencia general de otros países se mantenga. En cada uno de los tres años que dura el programa de convergencia (hasta 1997), "se debe rebajar en un punto de PIB las cantidades que se dejan de pagar a Hacienda, hasta llegar a ese 3% estructural de los países que gozan de una mayor concienciafiscal".

Garde reconoció que el aumento de esta conciencia ha coincidido también con un crecimiento "espectacular" de la presión fiscal.

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