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Los verdes afirman que los 160 campos de golf españoles consumen tanta agua como Madrid

Los ecologistas critican el despilfarro en el riego del césped y los atentados al paisaje

En la seca España, con 160 campos y otros 22 en proyecto o construcción, el golf se está convirtiendo en uno de los pilares de la promoción turística; pero también, según los ecologistas, en un despilfarro del agua que no sobra. Los campos en funcionamiento consumen la misma agua que los tres millones de madrileños en uso doméstico. En el mundo, el boom golfistico levanta tantas pasiones como ataques. Existen unos 25.000 campos de golf en los cinco continentes, que ocupan una superficie similar a Bélgica; y la idea es que aumenten en varios miles en esta década.

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El golf, según los ecologistas, puede significar en los años noventa lo que el turismo de sol y playa en los sesenta: éste destrozó muchas áreas costeras con encanto; los campos de golf, hechos sin ton ni son, acabarán con buena parte de los paisajes españoles de interior mejor conservados. Problemas con el agua y los pesticidas, unidos a las manchas de césped en una tierra donde lo natural es otro tipo de vegetación, dan base a la protesta. El grupo de nobles y caballeros escoceses que dieron forma al golf como deporte en el siglo XVIII no podía imaginar que España se convertiría a finales de milenio en el paraíso de los golfistas. Un país de pie dras y sequía no parecía el más propicio para practicar un de porte que exige grandes, verdes y muy cuidadas praderas. Lo que son las cosas. En 10 años, el número de campos de golf españoles ha crecido en 60. Ahora mismo, de los 22 nuevos proyectos de campos, tres están en Andalucía, uno en Castilla-La Mancha y tres en Valencia; comunidades todas con sed este verano. Andalucía cuenta ya con 57 campos y la. Costa del Sol es conocida por muchos como Costa del Golf.

Año y medio sin regar

Un vistazo al Club de Golf de lfach (Alicante) es la mejor imagen de los problemas de riego. El campo está en tierra, excepto el mínimo imprescindible para jugar -los green-. En gerencia reconocen que la explosión urbanística de los últimos años en la zona ha obligado a fuertes restricciones de agua. Y llevan ya año y medio sin poder regar. Ahora están en negociaciones para poder sacar agua de un pozo. Las protestas de la organización ecologista Aedenat subrayan que es un dislate que el riego con aguas residuales recicladas siga siendo la excepción.Según las estimaciones del ingeniero de montes Miguel Medina, recogidas en el informe de Aedenat de este verano, mantener en óptimas condiciones un campo de golf en la zona de Jerez requiere unos 10.000 metros cúbicos de agua por hectárea y año; lo que supone, para el total de instalaciones en España, una cantidad similar a la que gastan las viviendas de una ciudad de tres millones de habitantes. Sin embargo, la Real Federación Española de Golf señala: "El consumo de agua es moderado. Un polígono industrial tipo consume más del doble de agua que un campo de golf"'. Y calcula que el consumo de los campos españoles "equivaldría" al de una ciudad de 260.000 habitantes. Aunque a renglón seguido reconoce que, en la práctica, hay mucho sobrerriego. Contabilizando esos excesos, las cifras de unos y otros no distan tanto.

Pero no sólo el agua está entre los argumentos de los defensores del medio ambiente. También la alteración del paisaje -con la expulsión de animales y plantas poco apropiadas para estas instalaciones- y el empleo de pesticidas. La federación insiste en lo positivo de los campos, ya que crean

ecosistemas privilegiados" naturaleza forzada", para los ecologistas, que no admite caracoles, ni topos, ratas, jabalíes...- Y da estos datos: "Una pradera de hierba ayuda a evitar la erosión; un maizal se erosiona 666 veces más. Los niveles de consumo de fertilizantes y pesticidas del césped son sustancialmente inferiores a los de la mayoría de los cultivos".

Pero Anne Platt, investigadora del norteamericano Worldwatch Institute, subraya: "En los campos de golf de Nueva York y Japón se están utilizando entre siete y ocho veces más pesticidas por hectárea que en los terrenos agrícolas".

El sector turístico defiende con ahínco el golf. Según la Secretaría de Turismo, en 1993 vinieron a España 188.000 turistas para practicar este deporte, que dejaron 32.000 millones de pesetas, informa . Este turista se considera un lujo, porque gasta más del doble que el de sol y playa. Además, el aumento de aficionados europeos lo convierten en el mercado potencial más atractivo.

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