Sinceridad
Como ella misma confesó en este periódico, a Ana Botella le repugna que dos personas del mismo sexo se encarguen de la educación de un niño. No es que no esté de acuerdo con esa idea o que la considere contraproducente, no. Es que le repugna.Gracias por su sinceridad, señora Botella. Ha dado usted muestra de un gran espíritu de tolerancia que la define perfectamente.-
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